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La estirpe de Caín: relatos sobre la herencia del daño


La estirpe de Caín (Editorial Agujero de Gusano, 2025), de Sergio Martínez, es una antología de cuentos que se adentra en una pregunta tan antigua como incómoda: ¿el mal se elige o se hereda? Desde distintos registros narrativos —realismo sucio, alegoría, reescritura bíblica, horror cotidiano— el libro construye un universo donde la violencia no irrumpe de golpe, sino que se filtra, se normaliza y se transmite como una marca familiar.

Los cuentos que integran el volumen dialogan entre sí a partir de un mismo eje: personajes comunes enfrentados a situaciones límite en las que el daño aparece como una respuesta posible, a veces incluso justificada. Aquí no hay héroes ni redenciones fáciles. Hay cuerpos expuestos, vínculos rotos, silencios prolongados y una sensación persistente de fatalidad.

Uno de los mayores aciertos del libro es su coherencia temática. Aunque cada relato funciona de manera independiente, en conjunto componen una genealogía del mal: padres que heredan violencia a los hijos, instituciones que fallan, familias que juzgan, comunidades que callan. El título no es solo una referencia bíblica, sino una declaración de principios: Caín no es un personaje aislado, es una condición que se reproduce.

La prosa de Martínez es directa, contenida, a ratos áspera. No busca embellecer la tragedia ni suavizar sus consecuencias. En varios relatos la violencia es explícita; en otros, apenas sugerida, pero siempre presente como una fuerza que modela la conducta humana. El libro incomoda porque se rehúsa a explicar o disculpar: observa y deja al lector frente al espejo.

Los textos finales del volumen funcionan como un cierre potente y revelador. Paradoja mutante, uno de los relatos más extensos, utiliza la pandemia como escenario para construir una alegoría inquietante: un hombre que, tras el encierro y la acumulación de tensiones sociales, descubre que puede transformarse. Lejos del tono heroico, la mutación se convierte en una herramienta para ejercer una justicia torpe, casi primitiva. El silencio que obtiene al final no es redención, sino alivio. Un gesto mínimo que dialoga con el resto del libro: a veces el mal no se castiga, simplemente se tolera si resulta funcional.

Soterrada, el cuento que cierra la antología, adopta el punto de vista de una mujer que presencia su propio velorio. Incapaz de comunicarse con los vivos, observa cómo la familia se fragmenta, cómo el juicio y el abandono pesan más que el duelo. Es un relato de inmovilidad y condena, donde la violencia no proviene del golpe, sino de la indiferencia. El cierre es seco, sin concesiones, y deja una sensación de soledad que persiste más allá de la última página.

Que La estirpe de Caín haya sido realizada con el apoyo del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales, a través del PECDA Aguascalientes 2025, subraya el carácter de una obra que se arriesga a pensar el presente desde la ficción. No se trata de una colección de cuentos complacientes ni de ejercicios formales aislados, sino de un proyecto literario con una postura clara.

Con este libro, Editorial Agujero de Gusano reafirma su línea editorial: publicar textos que incomodan, que no buscan la corrección moral ni el consumo rápido, sino el diálogo con una realidad fracturada. Un proyecto literario paralelo a Revista Sputnik que comparte su vocación crítica y su interés por narrativas que se atreven a mirar la herida sin prometer consuelo.

La estirpe de Caín no ofrece respuestas. Plantea, insiste, vuelve sobre la misma pregunta desde distintos ángulos. Y quizá ahí radique su mayor fuerza: en recordarnos que el mal no siempre llega de afuera, que a veces se hereda, se aprende y se ejerce en silencio.

Compra aquí "La estirpe de Caín".


Alberto Aguilera Valadez, las dimensiones de un artista llamado Juan Gabriel

Por Sergio Martínez


Debo, puedo y quiero (Netflix 2025) documental de José María Cuevas, nos muestra a Juan Gabriel en primera persona, a veces desde la mirada y voz de Alberto, otras desde la figura del artista que despliega voz, baile y su peculiar personalidad para cantarle a la vida.

Construido principalmente con videos caseros personales, llamadas telefónicas, entrevistas, presentaciones y material de diversos programas televisivos, el documental nos lleva de mano por la vida del Divo de Juárez, desde sus inicios en aquella ciudad fronteriza, la cúspide de su carrera en unos memorables conciertos en Bellas Artes que levantaron ámpula en la entonces comunidad culta de México hasta el multitudinario cortejo fúnebre también en Bellas Artes.

Alberto siempre supo que él y Juan Gabriel llegarían al éxito total con sus canciones, no se explicaría de otra forma que cámara de fotografía y de video en mano, capturaría toda su vida, abajo y arriba del escenario.

El talento de José María Cuevas es crear un ensayo visual donde el espectador descubrirá mientras el documental avanza, como Alberto construye a Juanga. Son las vicisitudes de su vida, el amor por su madre, su difícil infancia, el inicio de su fama, la crítica a su personalidad, sus estados emocionales entre otras cosas, el combustible de dónde vienen sus canciones, piezas musicales que han permeado en múltiples generaciones y algunas se han vuelto himnos que se entonan todos los días en cualquier casa, funeral, cantina, karaoke, o en intimidad para confesar algún dolor, o el gozo del amor.

Entre las varias perlas que nos muestra el documental de cuatro episodios, podemos ver su correspondencia personal, cartas, dibujos, y letras de canciones con borrones y rectificaciones de puño y letra; que nos muestran piezas claves de la vida de Juan Gabriel.

La magia de Alberto fue escribir canciones, que conectaron instantáneamente con el público y se volvieron parte de su memoria sentimental, eso nos cuenta el documental, la vida de un artista, las dimensiones humanas de Alberto Aguilera Valadez, que se amalgaman y se imbrican con Juan Gabriel y lo hacen uno de los artistas más queridos y cantados de México y Latinoamérica.




Juan Gabriel: Debo, puedo y quiero.
Dirección: María José Cuevas.
Guion: María José Cuevas, Manuel Alcalá, Eduardo Donjuán, Álvaro de la Lama.
Producción: Laura Woldenberg, Ivonne Gutiérrez.
Fotografía: Axel Pedraza.
Compañía productora: Mezcla.

«Baladas tristes», un tríptico musical de Iván García y Los Yonkis


Por Sergio Martínez | Foto: FNSM


¿De dónde viene la tristeza?

¿A dónde va?


La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que al menos 322 millones de personas en el mundo padecen tristeza o depresión, un 18 % más que hace una década. Según la ciencia, la opresión en el pecho, dolor en el corazón, lágrimas y vacío en el estómago, son algunas sensaciones corporales que reportan los síntomas de la tristeza en el cuerpo humano.

Decía el poeta como premonición: “hubo una epidemia de tristeza en la ciudad”, pareciera que de ahí vienen 30 canciones que están por publicar Iván García y los Yonkis.

Su octava placa musical llamada Baladas Tristes es un tour de canciones donde Iván García nos propone verlo desnudo, vernos a nosotros mismos, ver lo que nos rodea y observar un mundo donde la vorágine y la velocidad con que vivimos nos hace pasar de largo de absolutamente todo, hasta de la tristeza que podemos encontrar en una esquina, en un bar, en un hotel, en un concierto, llevarla de prendedor, o bajo una noche estrellada.

Publicar un disco con 30 canciones en estos tiempos es un acto de valentía, el proyecto debe ser sólido y desafiar todas las condiciones del mercado de la música emergente, y lo principal, desafiar al escucha con una propuesta que no solo lo entretenga, sino lo cuestione, lo confronte y le haga saber que la tristeza también influye en la creatividad.

Para quien esto escribe Baladas Tristes es un tríptico, no solo por las tres decenas de canciones que lo conforman, sino por los lugares desde donde se sitúan las canciones:

Introspección del cantautor: Baladas Tristes -que no solo le da nombre al álbum, sino es una declaración de origen y principios-, La cantaleta, Cuando esté mejor, Perdido, Señor oscuridad, Muñequitos de Japón, y Hey, bro; entre otras.

Baladas tristes: Despacio y en silencio, De vez en cuando, Tiquete, Deberías, Mátame, Cinco estrellas, Winona, Confieso, El sendero de las sombras, No te importó, Acodado y Veneno para ratas.

Descripción densa: Donde nadie puede, Baile, La ducha, Cuando la muerte, Estrella de karaoke, Mudarse, No se irán, Luna, y Ataúd.

Mención aparte merece la rola que cierra el disco: Mi ciudad, track de más de 8 minutos de duración que abre con una declaración de amor: Vengo de una hermosa ciudad… con aires dylanianos, nos describe los amores, andanzas, odios, preocupaciones y vivencias del autor, no es fácil mantener la tensión narrativa y que la música que la acompaña sea un mar navegable para el oído, está  canción lo logra con creces, nos describe la ciudad y nos acuna a la vez, …vengo de una triste ciudad, aunque me deprima, no ve voy a mudar, aquí vine al mundo, aquí me van a enterrar, así que esta noche brindo por mi ciudad,… cierra la canción.

Este álbum doble cuenta con siete colaboraciones: Cuando esté mejor (feat. Juana Castañeda), Señor Oscuridad (feat. Paulino Monroy), Baile (feat. Pascual Reyes), Estrella de karaoke (feat. Saúl Fimbres), Princesa (feat. Chinoy), Muñequitos de Japón (feat. Bluez Marentes) y Mi ciudad (feat. Niñovan), que le dan una dimensión peculiar al sonido Yonki.

Según la Secretaría de Salud, en México hay 3.8 millones de personas con depresión o tristeza.

¿De dónde viene la tristeza?

¿A dónde va?

Deberíamos de atacar este problema de salud, con música, no estaría nada mal que empezáramos a escuchar Baladas Tristes, porque las canciones y la música siempre serán un tronco donde sujetarnos, un bálsamo para el alma y un antídoto contra la tristeza.

 

Todas las canciones escritas por Iván García.

Producido por Carlos Iván Carrillo.

Grabado en Casa Yonki.

Arte por: Roberto Iván González Vázquez

Puebla, México, 2025.

Sobre el libro «200 discos chingones del rocanrol mexicano»




Por Sergio Martínez |


Diversas investigaciones rastrean el origen de la palabra chingar del dialecto védico, al sanscrito aterrizando al caló romaní; el diccionario gitano de 1867 define: chinga y chingari como disputar y pelea. Además, define al verbo chingarar, para describir: una disputa, una riña o una acción de guerra. Fue en la conquista que chingar se introduce en el nuevo mundo como palabra para describir las acepciones citadas. Hoy chingar es un mexicanismo verbal que tiene una gran polisemia, depende del contexto y la emocionalidad con que se dice, su significado; sirve para ofender o alabar a alguien o algo. Según la RAE, chingón es: Dicho de una persona: Competente en una actividad o rama del saber.

¿El rock mexicano está documentado?, ¿Cuántos libros hay sobre el tema?


200 discos chingones del rocanrol mexicano es un libro que compila lo que a los oídos de David Cortés y Alejandro González Castillo, son las mejores placas que han escuchado en los últimos años; “Aquí se recogen doscientos discos que consideramos chingones para entender la música […] chingones en la forma clásica en la cual los mexicanos definimos aquello que posee un carácter superlativo y deseamos presumir en una palabra”. “Este libro no aborda estrictamente la historia del rock en México, pero reúne importantes fragmentos de ella” nos dicen en la presentación del volumen.

En sus más de cuatrocientas páginas podemos encontrar 200 propuestas musicales que se han editado en los últimos 60 años, y que de alguna manera convergen en el rock en sus diferentes vetas. Escritas por músicos, melómanos y periodistas, las diferentes reseñas abordan algunos datos de grabación, los músicos participantes, anécdotas, algún dato curioso, así como el contexto social, musical e histórico del momento en que fue publicado el disco.

De fácil y ágil lectura, este prontuario sónico documenta y nos brinda un pulso del panorama actual del rock mexicano, tal vez faltan y sobran algunos, solo el tiempo nos dirá cuantos de estos discos pasan la prueba del añejo.



 

Letrinas del cosmódromo: universo literario rupturista y anticanónico



La Editorial Agujero de Gusano ha publicado un nuevo libro que reúne el talento de veintitrés autores mexicanos y de otras partes del continente, y que tiene la finalidad de seguir difundiendo el trabajo de creadores literarios emergentes a lo largo y ancho del país.

"Letrinas del cosmódromo" es el nombre de la antología que representa el quinto título de la casa editorial, tras la publicación de Laciudad de los ahorcados (2019 y 2022), Resaca: relatos rescatados (2020), Breviario pandémico: antología de poesía hidrocálida (2021) y Banda sonora (2021) del autor Sergio Martínez.

Esta nueva obra literaria compila muy diversos estilos narrativos y poéticos, explora historias que van de lo cotidiano a lo extraordinario, de lo personal a lo comunitario, de lo marginal a lo sublime, pero siempre manteniendo ese espíritu rupturista y anticanónico con el que Agujero de Gusano entiende la literatura.

La publicación de este libro también representa un homenaje y un agradecimiento a todos los autores que han publicado sus letras en la sección literaria ‘Letrinas’ de Revista Sputnik a lo largo de estos ocho años. Por lo que algunos de los textos del libro tienen su versión digital y están disponibles en www.sputnikdos.com y otros son inéditos. Este trabajo es el primer volumen impreso de esta colección que tiene como objetivo ir creciendo año con año con el propósito de seguir impulsando el trabajo de creadores literarios emergentes.

Los autores que participan en este libro son: Liliana López León, Vladimir Galindo, Saulo Aguilar, Mónica Castro Lara, Antonio León, Samanta Galán Villa, Jorge Orlando Correa, Jessica Sevilla, Alejandro Carrillo, Alan Román, Franco García, Priscila Rosas Martínez, Carla Lamoyi, Iván Mata, Arely Jiménez, Víctor Piña, Julio Meza Díaz, Amaranta Castro, Breña Román, Isaac Gasca Mata, Ana Nicholson, Salma Caristo y Conrado Parraguirre. El arte de portada corrió a cargo de la ilustradora mexicana Kathya Echegoyen.

"Letrinas del cosmódromo" se presentará de manera oficial en el marco del encuentro literario Tiempo de Literatura 2022, organizado por la Universidad Autónoma de Baja California, a celebrarse en diversas ciudades del estado fronterizo (Tijuana, Ensenada, Tecate y Mexicali) del 24 al 29 de octubre.

El libro ya se puede adquirir con envío a toda la República Mexicana a través de la tienda enlínea de Revista Sputnik. Y en Aguascalientes ya está disponible en la Librería de los escritores (Casa Terán).


De la tierra de la gente triste a «La ciudad de los ahorcados»




Por Alejandro Carrillo | Editorial | 



Cuando emprendimos esta casa editorial con el anhelo de colaborar desde nuestra humilde trinchera —eso sí, una trinchera independiente y autogestiva— en la producción literaria nacional, lo hicimos con el único afán de formar una comunidad en donde nuestros colaboradores y autores emanados desde la plataforma de Revista Sputnik pudieran llevar a la tinta y el papel su talento, más allá del inmenso, turbulento y gregario mar de la Internet.

En ese entonces no sabíamos mucho de “la industria” y hasta ahora, por fortuna, nuestras aspiraciones siguen siendo más románticas que pecuniarias y así lo entienden nuestros creadores a quienes les agradecemos de sobremanera su confianza, pero principalmente su trabajo y voluntad para seguir tirando puertas y mantener en movimiento este agujero de gusano creado en 2018 con la energía y el impulso de todxs.

“La ciudad de los ahorcados” fue el nombre de aquella antología que engendraron en conjunto una veintena de personas y que sería la ópera prima de nuestra incipiente editorial en donde la narrativa, la poesía, la crónica, la prosa prosaica, la antipoesía y algunos textos experimentales convergieron y dieron como resultado al moderno Prometeo que logró trascender su propia existencia y traspasar las barreras de la imprenta, la geografía y el prejuicio; más allá de las imprecisiones de emergencia y las erratas del primer retoño, este libro fue un parteaguas que nos abrió las puertas de un mundo maravilloso cuya fauna rabiosa y solidaria a la vez, nos supo acoger como uno de los suyos.

Cuando nos planteamos por primera vez la posibilidad de hacer un libro, las únicas certezas que teníamos eran: 1) debía ser un crisol de voces y 2) guardaría alguna relación con la ciudad de Aguascalientes, en homenaje a todo lo que nos ha brindado desde el ámbito cultural. No es poca cosa que durante casi una década un medio hidrocálido como lo es Revista Sputnik ha sido el tablado de cientos de autores emergentes y colaboradores de todo el país y algunos otros sitios de Latinoamérica, España y Estados Unidos.

No fue difícil llegar a una conclusión temática: la muerte que tanto nos atrae como mexicanos y que particularmente en Aguascalientes guarda un sincretismo único y extraordinario. “La Calavera Garbancera” mundialmente conocida como “La Catrina” es la obra que encumbra el trabajo mortuorio de José Guadalupe Posada —el mejor de la clase— y la encargada de recibir a todas las visitas del sur; el ya icónico desfile de calaveras que forma parte del mismo festival de otoño es una verbena popular multitudinaria para honrar a los muertos como política pública, y qué decir del macizo montañoso que recibe el nombre de “Cerro del Muerto”, aquel gigante enano postrado en el horizonte de nuestra ciudad y de los forros de este libro, del cual estamos seguros todos los hidrocálidos, algún día despertará.

Por estos lares la muerte causa todo tipo de emociones, todos los días. “Buena tierra, buena gente, agua clara, cielo claro” reza el escudo heráldico de la ciudad debajo de un yelmo de hierro con lambrequines pero sin cuerpo. Y es que más allá de toda la cosmogonía alrededor de la huesuda, hay otro fenómeno social que impacta a diario en la tierra de la gente buena, que es la misma tierra de la gente triste, de la gente deprimida. En este lugar es común tener un conocido o dos que han muerto de esa manera. Tan solo el primer día de este 2022 seis persona decidieron quitarse la vida, al término de esta edición ya eran más de 80 casos en los registros. Hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, incluso niños, de todos los estratos sociales y de cualquier parte del estado. Los datos son pobres y aparentemente no llevan a ningún lado, solo a gente deprimida tomando “la puerta fácil” como dicen los que no son capaces de intentarlo. La única constante es el ahorcamiento. La ciudad de los ahorcados.

A este paso es probable que alcancemos los registros de 2019, cuando se publicó la primera edición de esta antología. Durante los primeros dos años de la pandemia se superaron los 350 suicidios. Si es inaudito leerlo en cifras, ahora imagínate con nombres y apellidos. Aguascalientes tiene una de las tasas más altas de suicidio a nivel nacional sin ser una entidad con grandes crisis de seguridad, desapariciones, problemas ligados al narcotráfico, ni altos índices delincuenciales. ¿Qué está pasando? ¿Por qué se deprime la gente?

Nuestra finalidad no es alimentar el morbo, ninguna de estas historias tiene un fin aleccionador ni pretende abrir juicio alguno sobre los motivos de las personas que han decidido quitarse la vida. Simple y llanamente consideramos que una de las bondades de la literatura y del arte en general, principalmente cuando se hace de manera conjunta como es el caso, es entablar una conversación sobre los problemas que nos aquejan como individuos y como colectividad. El suicidio lo materializan unos pero lo sufrimos todos, porque el cuidado de la salud mental es una asignatura pendiente que tenemos como sociedad en todos los niveles y más allá de las ocurrencias políticas de algunos desalmados.

Sin más preámbulo te damos la bienvenida a esta segunda edición de La ciudad de los ahorcados. Población: todos. Pues como dice el músico y compositor Iván García, no hay mejor lugar para olvidar que estamos muertos.



Los autores que participan en esta edición son: Mónica Castro, Daniel Bravo, María Santos, Alfonso Brevedades, Marcela González, Iván García, Brenda Román, Sergio Martínez, Denisse Rodríguez, Aldo Correa, Samanta Galán, Hugo Ernesto Hernández, Christian Sainos, Isaías García, Alejandra Flores, Mauricio Caballero, Alejandro Carrillo, Nabor Rachowski, Julieta González y René Alejandro López.

*No olvides escuchar en Spotify el podcast de La ciudad de los ahorcados, en voz de sus propios autores, producido por Casa Yonki. Puedes comprar el libro desde cualquier parte de México en este link. Apoya la literatura nacional independiente.

Banda sonora, de la imprenta al recital


Por Alejandro Carrillo |


Hace unas semanas tuvimos la fortuna de hacer una breve gira de presentación del libro 'Banda sonora' del escritor Sergio Martínez, que fue publicado en 2021 por nuestra Editorial Agujero de Gusano y que además es la primera publicación escrita por un autor en solitario para nuestro incipiente sello.

Antes de entrar en detalles literarios, agradezco profundamente el espacio que nos brindaron la Casa Universitaria del Libro de la UNAM (CASUL) y Zumaya Librería y Centro Cultural, en CDMX y Puebla respectivamente, para llevar a cabo estas singulares presentaciones literarias. Es muy significativo para Sputnik y Editorial Agujero de Gusano mostrar nuestro trabajo en la máxima casa de estudios en primera instancia, así como volver al terruño donde dimos nuestros primeros pasos como medio de comunicación antes de ser arropados por La ciudad de los ahorcados.

Agradezco de igual manera al maestro Carlos Arellano, Iván García e Iván Carrillo por darle vida a los textos del libro mediante la música y convertir ambas presentaciones en extraordinarios recitales literarios. Sin duda fue una experiencia única para los lectores que se dieron cita en ambos recintos.

Conozco a Sergio, más como lector que como editor y puedo afirmar que 'Banda sonora', más allá de ser una obra audaz y arriesgada, llena de dinamismo y sensible para quien la lee, es también un libro extremadamente personal en donde el autor nos muestra por igual su colección de discos y su repertorio de cicatrices.

Es un híbrido literario y un documento de gratitud hacia las bellas artes que cambiaron la vida del autor, como lo son la literatura y la música; pero también es una elegía con el joven Sergio que quiso cambiar el mundo y con el niño Sergio que perseguía dragones.

El libro es un viaje que navega entre el amor y la ciudad como tópicos principales, entre el lado A y B cual disco de vinilo, como la vida misma, pero también es una odisea histórica y geográfica que nos lleva desde la poesía a la vieja Tenochtitlán y desde la narrativa a la vieja ciudad de hierro que visitamos; desde el malecón de La Habana a un merendero en Aguascalientes por igual. Quizá la principal virtud de la pluma del autor es saber situar al lector de manera universal en un viaje que también es plenamente abordado desde la autoficción.

Una travesía literaria entre tragos y canciones llena de personajes subterráneos y situaciones propias de la realidad contemporánea mexicana: el migrante, el suicida, el genio olvidado, el militante, el ladrón, e incluso el que dice hablar con Dios, son protagonistas de la primera mitad del libro. La ciudad es habitada por la guerra sucia, el abuso de autoridad y las desapariciones, mientras que el amor está plagado de fantasmas y apariciones de todo tipo. Espectros que nos sugieren que nos urge un trago de ron, y que al final de los finales, incluso al final de la literatura, como dice otro protagonista del libro, llamado Luis Eduardo Aute, queda la música.

Por último, agradezco la consideración por parte de Sergio Martínez para presentar 'Banda sonora' en estos increíbles recitales, más honrado aún me siento por haber colaborado en la edición de este magnífico libro que ya está rolando por los rincones y las rocolas de Hispanoamérica. 


“Ciudad Soledad” abre sus puertas al público en vivo



En diciembre de 2020 Iván García y Los Yonkis lanzaron su quinto disco de estudio llamado Ciudad Soledad. Trabajo que contiene 13 tracks conformados por letras de Iván García y arreglos musicales de Los Yonkis. Esta nueva placa producida por Carlos Iván Carrillo y grabada en Casa Yonki, condensa referencias estilísticas a Bob Dylan, Johnny Cash, Tom Petty, Neil Young, Bruce Springsteen, y Quique González, rolas repletas de referencias contemporáneas y musicales que nos invitan a desentrañar el ruido de fondo para encontrar una propuesta musical desde Puebla.


Ciudad Soledad es un álbum que se publicó en tiempos de pandemia por lo cual, a lo largo de este año, no pudo presentarse con la ceremonia correspondiente y a como nos tiene acostumbrados la banda poblana. La cita para la esperada presentación oficial del disco será el 21 de enero de 2022 en el foro Beat 803 en la ciudad de Puebla. Los invitados serán la banda poblana Té de Brujas, así como la cantautora Bluez Marentes desde Monterrey, Nuevo León. 


Los Yonkis, banda integrada actualmente por Iván García, Carlos Iván Carrillo, Beto Montes, Héctor Arenas y Rafa Ortíz; apuestan por esta presentación en la que se podrá disfrutar de todas las canciones del álbum en su versión en vivo, así como canciones tradicionales de producciones anteriores que el público poblano conoce bien.

Aunque en la dinámica actual de la industria los álbumes han sido sustituidos por sencillos, Los Yonkis, congruentes con su alma vieja apuestan por una obra completa integrada por 13 tracks. En palabras del escritor hidrocálido Sergio Martínez: “con este disco la banda poblana nos regala en sus canciones una ucronía musical y un coctel de steampunk sonoro que pretende hacernos llevadero un año de mierda. Quizá estas rolas nos ayuden a transitar por una pandemia que nos ha arrebatado a familiares y amigos”.


Los boletos de acceso para la presentación están disponibles ya desde la plataforma Boletia y tienen un costo de preventa de $100 pesos y el día en taquilla $150. Adquierelos aquí: https://cutt.ly/fUv3Yg6




Banda sonora: travesía literaria entre rones y canciones

La Editorial Agujero de Gusano ha lanzado un nuevo título que representa el cuarto libro de esta casa editora independiente y segundo del año 2021, tras la publicación de la antología de poesía hidrocálida "Breviario pandémico".

"Banda sonora" es el primer título escrito por un autor en solitario para Editorial Agujero de Gusano y se suma a la colección de narrativa junto a "La ciudad de los ahorcados" (2019) y Resaca: relatos rescatados (2020).

Una veintena de ficciones aderezadas por algunos versos componen la segunda obra literaria de Sergio Martínez, tras la publicación de "Rayos y relámpagos" en 2016. El autor nacido en Puebla en 1973 y avecindado en Aguascalientes ha sido merecedor de diversos premios y menciones honoríficas en concursos literarios locales y nacionales, y además ha publicado en La Jornada Aguascalientes, Revista Sputnik, Punto de Partida (UNAM) y Luvina (UDG).

Los relatos de este libro tienen como hilo conductor la música, cierta música en específico, que se reproduce y navega entre el amor y la ciudad, entre el lado A y el B, cual disco de vinilo, como la vida misma.

En el principio fue el verbo, después la nota musical. Esa combinación implosionaría en mi cabeza; muchos años después nacería Banda sonora. Dividido en dos lados cual disco de vinilo, la ciudad y el amor son los escenarios donde se desarrollan las historias que proponen al lector observar y escuchar la vida pasar.
Sergio Martínez
El lector es un voyerista por naturaleza y cuando el autor añade el elemento universal de la música a sus historias nos invita a situarnos plenamente en el espacio-tiempo narrativo para advertir y tentar a sus personajes, ciudades, deidades y fantasmas.

Puede ser un adagio, un allegro o un presto, un dios que no quiere ser dios, un imperio en el ombligo de la luna, un torero que nadie conoce, un matricida, el amor que nace en una escuela, o se escapa en un motel, un suicidio para convertirse en fantasma y bailar un vals, un migrante que nunca termina de irse o de llegar, una declaración de amor, un rompecabezas que se construye pieza a pieza caminando por las calles del Distrito Federal, un hombre lobo, un diálogo con Dios o con el diablo, un filicidio, o unos versos que pretenden llegar a dos cantautores que quiero y admiro.
El libro que también es un homenaje y agradecimiento a referentes musicales del autor como Joaquín Sabina y el Movimiento Rupestre, nos adentra en historias y pasillos intimísimos del autor, muchos de ellos crudos y oscuros, pero también nos regala guiños de pasajes y personajes de la historia y la cultura popular mexicana. Vale la pena mencionar que cada texto lleva un botón de play que invita a reproducir la canción que sirve como marco contextual del relato, y de hecho la playlist del libro ya está disponible en Spotify. El arte de portada estuvo a cargo del ilustrador Israel Díaz Campos, corrección de Isaura de Lira y cuidado editorial de Alejandro Carrillo.

Banda sonora lo escuché durante más de 30 años y lo escribí en los últimos dos. Entre tragos de ron y vermut las historias fueron naciendo al ritmo de las canciones, sufrí, gocé, dudé, escribí, y borré cuando las letras sobre el papel no estaban a la altura de las canciones. Algunas veces me guió la imaginación, la observación, el corazón, otras los personajes tomaron su propio camino, fue emocionante ir materializando, a través de las historias, el corpus que hoy se presenta como libro.
Así pues, las historias del autor navegan en conjunto con obras de la cultura musical en español y van desde referentes de la talla de Ismael Serrano, Luis Eduardo Aute y el ya citado Sabina; hasta compositores importantísimos para la contracultura en nuestro país como Rockdrigo González, Carlos Arellano, Roberto Ponce, Roberto González, Gerardo Enciso, José Cruz, Cecilia Toussaint, Jaime López y Armando Rosas, sin dejar pasar bandas del rock-pop hispanoamericano y amigos entrañables del autor; mismos que serán parte de la presentación oficial del libro.

Banda sonora tiene una doble aspiración; por un lado, le propone al lector realizar un viaje literario y musical; para hacerlo, puede acceder a la moderna rocola que viene en el forro posterior del libro y escuchar para descubrir la simbiosis entre los textos y la música. Por otro, es un homenaje a la música con la que crecí y estoy en deuda, en la que, de alguna forma, me he visto reflejado y he disfrutado por horas, solo o acompañado, en los mejores y en los peores momentos, porque la música es también un bálsamo.
El libro de Sergio Martínez será presentado oficialmente el 16 de octubre de 2021, en la Peña El Sur de la ciudad de Aguascalientes, con una velada literaria que además estará acompañada por la música de Agustín López Velarde, Iván García, Adrián Villagómez, Iván Montoya y Carlos Iván Carrillo. Puedes adquirirlo desde cualquier estado de la república mexicana en este link. Apoya la literatura independiente nacional.

Nocaut, el programa del pugilismo mental


Por Sergio Martínez

Un ring, un referí, dos invitados, y dos coaches; el programa está dividido en tres rounds, el referí lanza una pregunta, los invitados ya sea por medio del conocimiento del tema o el ingenio deberán responder, al final de cada asalto el juez determinará quien gana de acuerdo con las respuestas de cada invitado.

El primer episodio de esta propuesta de entretenimiento cultural dirigido por Conrado Tostado, se estrenó el pasado 14 de mayo en la pantalla del Canal 14, el futbol fue el primer tema a debatir; Paula Browne y Diego García del Gállego fueron los primeros invitados, como managers estuvieron Blanca Salces y Luis David de Todos los Santos. En media hora los invitados contestaron tres preguntas: ¿Cuándo se jugó el primer partido internacional de futbol en la historia?, ¿Cuándo se fundó la primera liga mexicana de futbol? y ¿Quién recuerda la segunda vez que Maradona usó la mano en un mundial? Las preguntas son detonantes para citar anécdotas, hechos políticos, comportamientos sociales, datos interesantes o puntos de vista, ahí es donde el programa muestra su propuesta real: entretenimiento inteligente. ¿Quién gana? El televidente.

Coproducido por Canal Catorce del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano y el Centro de Producción de Programas Informativos y Especiales, Nocaut se trasmite todos los viernes a las 18:30 h, con repetición el domingo a las 11:30 h, por la señal abierta de Canal Catorce, aquí pueden ver el primer episodio:

Échenle un vistazo a Nocaut, “donde no se trata de perder el conocimiento, sino de ganarlo”.

La noche que Bob Dylan tomó Zacatecas


Por Sergio Martínez

Este texto lo escribí el 1 de abril de 2008, hasta hoy era inédito.

La noche cayó sobre nosotros, el viento frío empieza a hacerse sentir, tenemos no menos de tres horas sentados en las gradas esperando que empiece el concierto, se apagan las luces y una voz en off anuncia: señoras y señores, con ustedes, el Sr. Bob Dylan.  A no más de treinta metros, vestido de negro con sombrero blanco, el tipo toca el teclado y la armónica, cuando canta arrastra las letras de tal manera que no sólo se dificulta escucharlo sino también entenderlo en su idioma natal. Pero ese tipo que canta acompañado por su grupo ha compuesto más de 300 canciones, muchas de ellas, las más representativas del rock y ha dejado huella en muchos de sus escuchas.

Se podría pensar que en un país donde se habla castellano un cantautor que habla inglés no tendría convocatoria, pero no es así, Bob Dylan “tomó” la Plaza de Armas de Zacatecas, aquel lugar que tomara Pancho Villa durante la revolución mexicana y que fue bastión principal para que el “Centauro del Norte” se volviera leyenda.

Pero los tiempos cambian… y ahora a la tierra del zacate llega la gente para ver a una leyenda viviente, a un tipo que ha sido candidato al Premio Nobel de Literatura (que nunca se lo darán*, porque él no se asume como literato, sino como cantante, y los escritores son muy celosos y muy rapaces) y ganador de un Oscar, varios Grammys y del Príncipe de Asturias.

Mister Zimmerman nos deleita con las canciones: When the deal goes down, Just like a woman, Highway 61 revisited, Thunder on the mountain, Like a Rolling Stone; The Band no desmerece en la ejecución de cada acorde, son una maquinaria bien aceitada, pareciera que tocan sin moverse, el público se prende con la música, dudo mucho que más de la mitad conozcamos todas las canciones y lo que dicen, pero extrañamente hay una comunión entre el público y el cantante, un “algo” que muchos llaman magia.

Dylan en su papel, ni se inmuta; toca, canta, le sopla a la armónica, pero en cada canción la banda se prende, desde mi lugar observo a los de hasta adelante, corean cada estrofa, Bob al percatarse entra al juego con ellos, el toca, ellos cantan, así lo hará no menos de tres veces en tres diferentes momentos del concierto… sus seguidores lo logran, hacen que Dylan se salga de su papel e interactué con ellos.

Cuando canta Forever young un hombre canoso y de barba descuidada alza las manos y haciendo la “V” de la victoria empieza a cantar a garganta abierta la canción, después desde su lugar junta las manos hace una plegaria agradece a Dylan la canción, cuando el concierto termina la banda junto con el cantante se reúnen en el proscenio del escenario, Dylan sin sonreír sólo levanta los pulgares en señal de satisfacción, hace una reverencia y se pierde detrás del escenario.

Acudimos con la historia, nos encontramos con el poeta, con el cantante, con el referente de una generación en la que no nací, con quien se desmarco de ser un líder o un profeta, pero a él la historia no lo absolvió, a él, y a sus canciones, las hemos adoptado como aquello a lo que aspiramos, sus canciones -aun en estos tiempos- son una referencia de aquellos años sesenta en los que aquellos jóvenes contemporáneos de Dylan soñaban que otro mundo es posible, como en aquellos años hoy, nosotros, los de esta otra generación aspiramos a encontrar la respuesta en el viento, a ser por siempre jóvenes.



*Dylan es el primer compositor en ganar el Premio Nobel de Literatura. El 13 de octubre de 2016, la Academia Sueca le otorgó el premio por «haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición de la canción estadounidense». El genio de Duluth aceptó el premio hasta 2017 y concluyó tajante: "Nuestras canciones están vivas en la tierra de los vivos. Pero las canciones no son como la literatura. Están pensadas para ser cantadas, no leídas. Las palabras de las obras de Shakespeare estaban destinadas para ser interpretadas sobre el escenario. Como las letras de las canciones están destinadas a ser cantadas, no leídas sobre el papel. Y espero que algunos de vosotros tengan la oportunidad de escuchar estas letras en el modo en que se pretendía que fueran escuchadas: en concierto o en una grabación, o de la forma en que la gente escuche las canciones ahora. Regreso de nuevo a Homero, que dice, 'Canta en mí, oh Musa, y a través de mí cuenta la historia'."

Alguien canta por ahí

Por Sergio Martínez


Roberto González (Alvarado, Veracruz 1952) fue un juglar moderno, “rolero, sonero, trovador y bohemio”, se describió alguna vez. Observador perspicaz de su espacio y su tiempo, sus canciones son la crónica de una generación que planteó una forma de hacer música a contracorriente.
"Cuesta trabajo hacer música de forma independiente, sin pertenecer a un grupo o mafia, pero es el camino que he elegido, y aun así me he podido dar el lujo de llegar a las conclusiones que he llegado".

Integrante del movimiento rupestre que hicieron de la palabra y la guitarra instrumentos de expresión, sus canciones navegan por los boleros, sones, el blues y el rock. “Creo que la canción es música y la canción es poesía. Para mí es más importante que cualquier otra forma literaria; es una postura personal”.

Roberto deja una herencia musical sólida que podemos apreciar en sus discos, si queremos conocer su vida, sus convicciones o sus inquietudes basta escuchar sus canciones, su voz cascada, su estilo de tocar la guitarra y sus letras son huella digital de una época en la que el rock mexicano sentó sus bases. “Deseo hacer mi trabajo y vivir de él, quiero hacer y no que me digan qué debo cantar. Las grabaciones son importantes, porque si no suenan hoy, ya mañana lo harán”.

Quizá no lo supo a ciencia cierta, tal vez alguna vez lo advirtió, pero fue el autor de un himno generacional que a muchos nos toca el corazón:
 “(El Huerto) es una canción afortunada y hermosa que yo quiero. Nunca he podido hacer otra como esa y sigo haciendo canciones por esa canción. Es una necesidad”.

“Y con qué fin toda esta dialéctica en la historia para qué ir al paraíso estando muerto/ para qué alcanzar la gloria estando vivo/ si la gloria está muy lejos de este huerto”…

¡Hasta siempre Roberto, gracias por las canciones!

*Las citaciones fueron tomadas de diferentes entrevistas realizadas a Roberto González, pertenecen a sus autores y medios originales, se publica aquí, sin ánimos de lucro.

Joaquín Sabina, el arte de escribir canciones

Por Sergio Martínez


Joaquín Sabina (Úbeda, 1949) es un cantautor que, con sus canciones, ha escrito microcrónicas de su tiempo, de su espacio, de sus vivencias, de sus lecturas, en resumen, del mundo que le ha tocado vivir. Observador perspicaz de lo cotidiano ha extendido su obra musical a los sonetos, décimas y rimas para regalarnos una lírica con un sello personal inconfundible en nuestros días. Influenciado por su padre, por la literatura del Siglo de Oro español, de los poetas de la generación del 27, la generación de los niños de la guerra, la literatura latinoamericana, Dylan, Cohen y Georges Brassens, entre otros, ha logrado construir un mundo donde confluyen todos los géneros en los que ha vertido su pluma.

La marginalidad urbana: Ciudadano cero, Medias negras; la noche: Viridiana, Negra noche; la historia: De purísima y oro; el amor: Y sin embargo, A la orilla de la chimenea; la observación: Calle melancolía, Caballo de cartón; América Latina: Por el bulevar de los sueños rotos, Con la frente marchita, Postal de La Habana; la vitalidad: Más de cien mentiras, Ahora que, Noches de boda; la cotidianidad: Eclipse de mar; la sensualidad: Y si amanece por fin; la nostalgia: Cuando aprieta el frío; la soledad: Así estoy yo sin ti, Que se llama soledad; el fracaso: Nacidos para perder; el amor juvenil: Una de romanos; la pareja como motivo: Tratado de impaciencia nº 11, Besos de Judas, Mentiras piadosas, Contigo, Incompatibilidad de caracteres, Eva tomando el sol; el desamor: Como un explorador, Amor se llama el juego; y la autobiografía: Cuando era más joven, Tan joven y tan viejo, La canción más hermosa del mundo, A mis cuarenta y diez, Lágrimas de mármol, Lo niego todo; son algunas de las postales que nos regala Sabina en sus canciones. La mirada, el léxico y los recursos estilísticos que propone para llegar a los oídos o a la lectura del espectador, es lo que hace a la obra sabinesca peculiar. Sabina poetiza la palabra y ve donde pocos saben mirar, lo que le ha valido para que su obra sea transgeneracional, mérito que no han logrado muchos de sus colegas contemporáneos.

Esa geografía construida durante 40 años, donde ha grabado más de 20 discos y publicado varios libros nos da cuenta de la obra sabinesca que hoy es estudiada ex nihilo en ensayos, tesis de grado académico, libros y documentales, donde se analiza la intertextualidad, la estética y se resalta la calidad literaria de las canciones que sostienen los estudiosos del tema: borda la poesía. Sabina, como ningún otro compositor, es una rara avis que ha logrado utilizar el español como vehículo para escribir canciones, para contar historias:

“La canción es el enlace entre la vida y la literatura” ha mencionado Sabina en algunas entrevistas, él mismo se asume como cantautor y no como poeta, en cambio reconoce: “[…], cojo el lenguaje de la calle para devolvértelo literariamente dignificado”.

Esa veta literaria-poética ya se vislumbraba en la lírica de Inventario. La retórica, sátira, la yuxtaposición de imágenes, el humor, la ironía, el oxímoron, la métrica, la irreverencia, la mordacidad y la enumeración son algunas de las características compositivas que hoy dan identidad a la obra de Joaquín Sabina, identidad que fue puliendo y consolidando con los años, hasta lograr un sello que podemos observar en dos de sus canciones de mayor éxito comercial: Y nos dieron las diez y 19 días y 500 noches. El éxito de sus canciones lo han vuelto un artista de masas, capaz de agotar las localidades en los foros que se presente de este y el otro lado del océano. Desde siempre los escuchas primigenios del natural de Úbeda han señalado la estética y el discurso de las rolas sabinescas, después el sagaz oyente descubrió la intertextualidad que sus canciones tienen con otros campos de arte, de un tiempo a la fecha algunos académicos se interesaron en determinar si la letra de sus canciones son poesía según el canon. Lo real es que Sabina, como ningún otro cantautor en español, ha logrado reivindicar su oficio y elevar la calidad de sus canciones por medio de un manejo exquisito del lenguaje. ¿Sus canciones son poesía? Sin duda lo son, concluyen los estudiosos del tema. Pruebe el lector leer, solo leer, alguna de sus canciones aquí mencionadas y lo comprobará. Desde hace años Sabina se había ganado un lugar en el imaginario de la cultura popular a base de sus versos, sonetos y canciones; Y nos dieron las diez es cantada por los mariachis en la Plaza Garibaldi, sin que estos sepan quién es el autor, aunque este último esté cantando con ellos in situ. Quien camine por las calles de Madrid encontrará a su paso esas descripciones de Pongamos que hablo de Madrid o Yo me bajo en Atocha, y con Dieguitos y Mafaldas o Con la frente marchita descubriremos instantáneas que captó la mirada de Joaquín que ahora son inmortalizadas en esas canciones. El gran mérito de Joaquín fue llevar la canción popular al canon de la poesía, no habría que escatimarle ningún reconocimiento.

Dylan abrió el camino, habría que enviarle a la academia sueca un paquete con la obra sabinesca completa para que escuche y lea en algún momento al genio de Úbeda, en congruencia deberán laurear al cantautor español.

“Sabina quiso escribir La canción más hermosa del mundo, no sé si lo logró, de lo que sí estoy seguro es que con sus canciones logró hacer un mundo más hermoso”. Anónimo.

¡Feliz cumpleaños, querido Joaquín!

Ciudad soledad: ucronía musical y un coctel de steampunk sonoro

Por Sergio Martínez


Iván García y Los Yonkis lanzan su quinto disco de estudio llamado Ciudad Soledad. Trabajo que contiene 13 tracks conformados por letras de Iván García y música de Los Yonkis. Esta nueva placa musical producida por Iván Carrillo y grabada en Casa Yonki, condensa referencias estilísticas a Bob Dylan, Johnny Cash, Tom Petty, Neil Young, Bruce Springsteen, y Quique González, rolas repletas de referencias contemporáneas y musicales que nos invitan a desentrañar el ruido de fondo para encontrar una propuesta musical desde provincia.

1.- Ciudad Soledad: carta de presentación del disco. Puede ser Puebla, Analco, Cholula, un bar, o la sala de tu casa, se trata de estar acompañado y compartir con un Jack en la mano, graznar o bailar dancing in the dark.

2.- Tiempo: enumeración de lo observado, de lo gozado y sufrido a través del tiempo, a veces este se detiene eternizar lo vivido.

3.- La loca: los separa el día, son diferentes, a veces contrarios, pero complementarios.

4.- Sarcófago: pareciera que todo sucede en Londres, Puebla o Ciudad Soledad, nunca lo sabremos; la ciudad desaparece cuando la iluminan los primeros rayos del sol, mientras los protagonistas ya descansan en su sarcófago.

5.- Cenicero: cambiar de carril, no de destino; entregarse a lo querido sin miedo a perder la esencia.

6.- Whisky y anfetas: un coctel de pertenencias, de lugares y relaciones, las pastillas y el alcohol es lo de menos.

7.- Desayuno en el bar: recuerdos en cascada, cada cosa, cada elemento es un recuerdo preciso, el olvido no llega de ninguna manera.

8.- Gárgolas: una tristeza como el mar. El testigo que observa, se queda con la arena, duda que exista el mar.

9.- En casa: monotonía casera, monomanía personal.

10.- Carta: mensajes a los que ya no están, misiva que va a ningún lugar esperando que llegue a las manos adecuadas, esperando tener una respuesta.

11.- Vendrá la muerte: ¿importa la forma de morir? Todos nos vamos a enfrentar a ese momento, si es con alguien parece ser mejor que de manera individual.

12.- Gato: ser un caprichoso felino, merodear, ir de un lugar a otro, regresar a casa a tomar un mezcal.

13.- Estepicursor: ir a favor del viento a cualquier parte, deslizarse a ras del suelo. Probar el mineral, olfatear al animal… al humano animal.


Con este disco esta banda poblana nos regala en sus canciones una ucronía musical y un coctel de steampunk sonoro que pretende hacernos llevadero un año de mierda. Quizá estas rolas nos ayuden a transitar por una pandemia que nos ha arrebatado a familiares y amigos y parece no tener fin. El disco ya puede ser adquirido en las redes sociales de la banda.

El guitarrista insurgente Varona

Por Sergio Martínez


Play: Eres la reina en cada ocasión y todos bailan a tu alrededor, yo me conformo con llegar a ser tu bufón, no te das cuenta de que estoy aquí, hago mil gracias para conseguir, una sonrisa que me lleve a ser tu bufón…


Nombre: Francisco José López Varona (Madrid, 1957).

Profesión: Músico, compositor, arreglista y productor musical.

Primera guitarra: Se la regaló su madre.

Ha compuesto canciones para: Luz Casal, Ana Belén, Christina Rosenvinge, Ana Torroja, Quique González, Manolo Tena, Martínez Ares y Miguel Ríos entre otros.

Discos:
·       Pancho Varona, editado en 1995.
·    Carabina 30 30, junto a Antonio García de Diego, José Antonio Romero y Jaime Asúa editado en 2011.

Ha producido discos para: Joaquín Sabina, Estopa, Amaral, Pasión Vega, Lucas Masicano, Luis Ramiro y Gabinete Caligari.

Equipo de futbol: Atlético de Madrid, compuso el himno del centenario del club: Motivos de un sentimiento.

Play: Voy gritando tu nombre, por las calles vacías, y toda la ciudad me escucha menos tú, cuando te tengo cerca, doy saltos de alegría, y toda la ciudad sonríe menos tú, y la ciudad entera que es hostil y que es fría, se ha vuelto compañía…

Ha compuesto más de cien canciones, confiesa tenerle un cariño especial a: Ruido, Peces de ciudad, Sin embargo, La del pirata cojo, Contigo, Y no me importa nada, Esta boca es mía.

Libros: Más de cien verdades (2012). Pociones (2019).

Bandas preferidas: Led Zeppelin, King Crimson, Pink Floyd, Police.

Sobre John Lennon: […] Mira, a mí John me parece el personaje más importante de la música de todos los tiempos. Por supuesto que fueron muy importantes Bach o Beethoven, pero la música que más me gusta, la que más me hace llorar, la que me remueve las tripas es la de John.

Se ha definido a sí mismo: Yo sé lo que soy: un músico al que le gusta estar dos metros detrás y dos metros a la izquierda de Joaquín (Sabina). Eso es lo que me gusta, ese es mi lugar en la vida, que bastante bonito es. Lo demás son cosas que me va regalando la vida y, como son regalos, los agradezco mucho.

Pancho ha dicho sobre Joaquín Sabina: […]  porque es mi hermano mayor, porque es mi compadre, mi referencia, porque es todo. Me ha enseñado casi a respirar. A leer, a escribir, a componer canciones, a viajar. Él es un maestro y yo un aprendiz.

Sabina ha dicho sobre Pancho: “Pancho Varona, mi hermano y sin embargo amigo, no es un gran instrumentista que brille por su digitación. Lo que tiene Pancho es que es un extraordinario músico que tiene una cabeza perfectamente diseñada para transmitirle a mis otros músicos el alma de las canciones que yo quiero hacer”. […] es mi andamio, mi todo.

Play: Tú juegas a quererme, yo juego a que te creas que te quiero, buscando una cuartada, me das una pasión que yo no espero. Y no me importa nada. Tu juegas a engañarme, yo juego a que te creas que te creo, escucho tus bobadas, acerca del amor y del deseo…



*Toda la información de este texto fue tomada de diferentes entrevistas realizadas a Pancho Varona, pertenece a sus autores y medios originales, se publica aquí, sin ánimos de lucro.
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