Sesiones Colocadas: Rocko Arroyo

Aunque tú no lo sepas: charla con Ismael Serrano


Compartimos con ustedes esta increíble entrevista que nos brindó el maestro Ismael Serrano en donde nos habla de su más reciente disco 'Seremos', la manera de enfrentarse a la pandemia y el encierro desde la música y su forma de entender el mundo. Una colaboración de Casa Yonki Producciones y Revista Sputnik.

.documento estrena «El Robot de Ayer»


.documento es un proyecto tecno-pop integrado por Leticia Toussaint (voz), Alejandro Mancilla (sintetizadores) y Jorge Sandoval (guitarra). El grupo se ha presentado en diversos eventos como Festival Marvin 9.5 al lado de Daniel Melero, Gustavo Santaolalla o María Daniela y su Sonido Lasser; Rising Moon (organizado por Indie Rocks!) y Festival Panorama.


Cuentan con un casete EP titulado “Dejo flores en tu puerta”, en el que colaboran artistas como los españoles de Nos Miran (Elefant Records) o Ford Proco, el mítico combo de electrónica con sede en Tijuana. Además, .documento participó recientemente con un remix a la artista Miki Deb y en “Ojo Rojo”, el disco tributo a Las Ánimas del Cuarto Oscuro, la banda mexicana de rock gótico de los años 80.


El Robot de Ayer


Este 15 de junio, el grupo estrena un nuevo tema y video. En “El Robot de Ayer” predominan más que nunca las guitarras y los sintetizadores, y el grupo apuesta por un sonido que rinde tributo al estilo de Fobia (del primer disco), The Cure, The XX y demás bandas pop con espíritu oscuro. La canción, fue producida justamente por Iñaki Vázquez, tecladista de Fobia—y también integrante de Gran Sur y Moderatto—, que aportó su particular toque a la canción y además, tocó algunos teclados y el bajo en el mismo track. En la canción se incluye un sampler de la película “Días de Otoño” (cinta mexicana de 1963).
La letra versa sobre la soledad, las caricaturas japonesas, la nostalgia y la sensación de no pertenecer a ningún lado.

“El Robot de Ayer” cuenta con un video dirigido por el cineasta mexicano Andrés Klimek. La canción se incluirá en el próximo disco del grupo titulado “La Soledad de la Chica Cometa”, el cual se publicará en el sello Molécula Records.

La canción está disponible en todas las plataformas a través de Casete Agricultura Digital, y cuenta con un remix del grupo Kozmik Café, una de las notables nuevas caras del synth-pop hecho en Lima, Perú.

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Sesiones Colocadas: Dianala

Nocaut, el programa del pugilismo mental


Por Sergio Martínez

Un ring, un referí, dos invitados, y dos coaches; el programa está dividido en tres rounds, el referí lanza una pregunta, los invitados ya sea por medio del conocimiento del tema o el ingenio deberán responder, al final de cada asalto el juez determinará quien gana de acuerdo con las respuestas de cada invitado.

El primer episodio de esta propuesta de entretenimiento cultural dirigido por Conrado Tostado, se estrenó el pasado 14 de mayo en la pantalla del Canal 14, el futbol fue el primer tema a debatir; Paula Browne y Diego García del Gállego fueron los primeros invitados, como managers estuvieron Blanca Salces y Luis David de Todos los Santos. En media hora los invitados contestaron tres preguntas: ¿Cuándo se jugó el primer partido internacional de futbol en la historia?, ¿Cuándo se fundó la primera liga mexicana de futbol? y ¿Quién recuerda la segunda vez que Maradona usó la mano en un mundial? Las preguntas son detonantes para citar anécdotas, hechos políticos, comportamientos sociales, datos interesantes o puntos de vista, ahí es donde el programa muestra su propuesta real: entretenimiento inteligente. ¿Quién gana? El televidente.

Coproducido por Canal Catorce del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano y el Centro de Producción de Programas Informativos y Especiales, Nocaut se trasmite todos los viernes a las 18:30 h, con repetición el domingo a las 11:30 h, por la señal abierta de Canal Catorce, aquí pueden ver el primer episodio:

Échenle un vistazo a Nocaut, “donde no se trata de perder el conocimiento, sino de ganarlo”.

Los Fantasmas del Rock y los primeros rocanroles originales en Puebla

Por Polo Bautista


¿Cuál fue la primera composición rocanrolera original hecha en Puebla? Sin duda se trata de una cuestión aparentemente sencilla y a todas luces natural para cualquier interesado en los anales del rock and roll poblano. Sin embargo, la pregunta está lejos de solucionarse satisfactoriamente. A continuación se exponen brevemente algunos datos curiosos y ciertas luces al respecto.

Se tiene por común acuerdo que las primeras agrupaciones rocanroleras angelopolitanas surgieron a finales de los años cincuenta con los Demonios del Rock y Los Teddy Gangs. Ambos conjuntos pueden considerarse pioneros del rock and roll, aunque en ningún caso existen registros de composiciones propias, con todo y que las melodías grabadas en los sencillos de 1962 por los Demonios del Rock están acreditadas a algunos de sus integrantes, asunto por demás incorrecto, pues verdaderamente son adaptaciones o covers.

En consecuencia, los primeros rocanroles originales registrados datan presuntamente de 1965 realizados por Enrique González (también conocido como “El Gallo” o “Chessman”), un rocanrolero importante para Puebla que participó en distintos conjuntos sesenteros destacados, por mencionar: Los Gypsies, Los Frailes y Los Novelistas. No obstante, es difícil suponer que a lo largo del primer lustro de la década sesentera ninguna banda o músico se propusiera realizar semejante logro creativo, y simplemente se conformaron con adaptar los temas más conocidos del repertorio rocanrolero. Por lo tanto, dicho asunto pareciera estar zanjado al no contar con ninguna evidencia material o información medianamente fiable, aunque recientemente surgieron nuevos datos que arrojan algo de claridad sobre el tema. Dicha evidencia se encuentra al revisar la fugaz trayectoria musical de Los Fantasmas del Rock.

Conjunto efímero pero entusiasta, Los Fantasmas surgieron a comienzos de los años sesenta y estuvieron conformados por los hermanos René (bajo) y Óscar (batería) Ayón Rodríguez, Miguel Ángel Bashbush (teclado), Enrique Rosas (guitarra), Luis David Benavides (vocalista) y el antes mencionado González “Chessman” (requinto), apodado así por su parecido con el “bandido de la luz roja” Caryl Chessman. La mayoría estudiantes pertenecientes al Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec donde aprendieron sus primeras lecciones musicales en la Orquesta Juvenil.

De acuerdo con González, los hermanos Ayón y demás integrantes ya habían conformado la banda cuando él se integró de forma un tanto casual: “En una pinta de la escuela los conocí, me dijeron que iban a ensayar y yo les pregunté por lo que ensayaban, pues que un grupo de rock me contestaron y ya me les pegué… Logré gustarle a los muchachos, en ese tiempo jóvenes, chavos, teníamos doce años y me dijeron ‘¿por qué no entras al grupo?”. Entonces el joven “Chessman ocupó el puesto de requinto.

Como todas las bandas rocanroleras por aquellos días, tocaron sus adaptaciones de los grupos consagrados como Los Locos del Ritmo, Los Teen Tops o Los Rebeldes del Rock en la estación radiofónica XEHR propiedad de Don Roberto Cañedo, donde su esposa la señora Josefa Benites los escuchó tocar y generosamente decidió amadrinarlos con unos instrumentos eléctricos. Por si fuera poco, también los introdujo al ambiente artístico de las caravanas que organizaron cervecerías importantes como Corona y Cuauhtémoc Moctezuma para que amenizaran los intermedios de las grandes celebridades que visitaban la ciudad. Así, desde muy jóvenes incursionaron en el ámbito artístico aunque solo por una muy corta temporada.

Durante ese tiempo tuvieron experiencias interesantes y hasta divertidas como la que evoca con picardía González sobre César Costa, quien en los años sesenta solía vestir diversos suéteres de grecas. El solista alcanzó tanta popularidad que se volvió moda entre la juventud portar dicha prenda, y de alguna forma, se generó el rumor con respecto a una supuesta fábrica de suéteres que poseía.

Pues bien, “Chessman” comenta con cierto bochorno lo ocurrido durante aquella presentación en el otrora Teatro Variedades de Puebla: “Una señora muy conocida que se llamaba o se llama Ivonne Recek de Luke le regaló un suéter a César… Entonces a mí se me ocurrió decirle ‘¿oye César no tendrás un suéter que me regales?’. Ya te puedes imaginar mi ignorancia”. Claramente el joven guitarrista no lució desconocimiento, sino ingenuidad infantil al dar crédito a semejante patraña sobre la fábrica, pero no fue el único suceso memorable.

Otro momento singular ocurrió tras bambalinas, cuando la mismísima Julissa sufría de nervios escénicos previo a realizar su número y se confesó con Enrique al decirle: “Ay manito estoy rete nerviosa”. Siendo que verdaderamente los abrumados eran Los Fantasmas del Rock quienes realizaban sus primeras actuaciones a tan corta edad, mientras que Julissa ya figuraba en el ámbito rocanrolero nacional. Aquel día se presentaron además de César Costa, Julissa y Alberto Vázquez, el carismático Enrique Guzmán acompañado por la banda Los Salvajes, quienes generosamente le obsequiaron un cable a González para que pudiera conectar su guitarra eléctrica. Sin duda entrañables recuerdos.

Desafortunadamente, la falta de madurez les jugó en contra y el grupo Los Fantasmas del Rock se desbandó prematuramente, no sin antes incursionar en la composición. De acuerdo con González, el cantante Luis David Benavides compuso dos piezas que llevan por título “El rock de los fantasmas” y “Partiré”, los cuales probarían que hubo iniciativa entre algunos rocanroleros por hacer música propia durante el primer lustro sesentero. En otras palabras, serían los primeros rocanroles originales conocidos que únicamente se conservaron en la memoria de sus protagonistas.

Pero sorpresivamente a comienzos de 2020 y antes de la pandemia desatada por el Covid-19, algunos miembros fundadores del grupo Los Fantasmas se reencontraron para una celebración. Oscar Ayón, Miguel Ángel Bashbush y el varias veces mencionado González recordaron a ritmo del rock and roll los viejos tiempos en compañía de amigos y familiares. Increíblemente un tema compuesto por su desaparecido compañero Benavides se volvió a escuchar después de tanto tiempo (¡casi sesenta años!), y en esa ocasión quedó modestamente registrado gracias a la tecnología de los dispositivos móviles. “El rock de los fantasmas” es una pieza que reboza candidez juvenil, de sencilla ejecución y altamente bailable, con más semejanza a los rocanroles clásicos. Ciertamente una precoz manifestación de creatividad rocanrolera en Puebla.

Posterior a Los Fantasmas del Rock, “Chessman” integró otros conjuntos siendo con Los Frailes donde alcanzó uno de sus mayores méritos como compositor, pues registró para la RCA Víctor los primeros rocanroles realizados por un poblano intitulados “Te perdí” y “Tarahumara”. A pesar de que cuenta con una amplia trayectoria artística como músico y comediante al lado de figuras como Luis “Vivi” Hernández, Paquita la del Barrio, Jorge Falcón o Polo Polo, por su mente nunca se extraviaron aquellos primeros rocanroles que tocó junto a sus fantasmagóricos compañeros de juventud.

La noche que Bob Dylan tomó Zacatecas


Por Sergio Martínez

Este texto lo escribí el 1 de abril de 2008, hasta hoy era inédito.

La noche cayó sobre nosotros, el viento frío empieza a hacerse sentir, tenemos no menos de tres horas sentados en las gradas esperando que empiece el concierto, se apagan las luces y una voz en off anuncia: señoras y señores, con ustedes, el Sr. Bob Dylan.  A no más de treinta metros, vestido de negro con sombrero blanco, el tipo toca el teclado y la armónica, cuando canta arrastra las letras de tal manera que no sólo se dificulta escucharlo sino también entenderlo en su idioma natal. Pero ese tipo que canta acompañado por su grupo ha compuesto más de 300 canciones, muchas de ellas, las más representativas del rock y ha dejado huella en muchos de sus escuchas.

Se podría pensar que en un país donde se habla castellano un cantautor que habla inglés no tendría convocatoria, pero no es así, Bob Dylan “tomó” la Plaza de Armas de Zacatecas, aquel lugar que tomara Pancho Villa durante la revolución mexicana y que fue bastión principal para que el “Centauro del Norte” se volviera leyenda.

Pero los tiempos cambian… y ahora a la tierra del zacate llega la gente para ver a una leyenda viviente, a un tipo que ha sido candidato al Premio Nobel de Literatura (que nunca se lo darán*, porque él no se asume como literato, sino como cantante, y los escritores son muy celosos y muy rapaces) y ganador de un Oscar, varios Grammys y del Príncipe de Asturias.

Mister Zimmerman nos deleita con las canciones: When the deal goes down, Just like a woman, Highway 61 revisited, Thunder on the mountain, Like a Rolling Stone; The Band no desmerece en la ejecución de cada acorde, son una maquinaria bien aceitada, pareciera que tocan sin moverse, el público se prende con la música, dudo mucho que más de la mitad conozcamos todas las canciones y lo que dicen, pero extrañamente hay una comunión entre el público y el cantante, un “algo” que muchos llaman magia.

Dylan en su papel, ni se inmuta; toca, canta, le sopla a la armónica, pero en cada canción la banda se prende, desde mi lugar observo a los de hasta adelante, corean cada estrofa, Bob al percatarse entra al juego con ellos, el toca, ellos cantan, así lo hará no menos de tres veces en tres diferentes momentos del concierto… sus seguidores lo logran, hacen que Dylan se salga de su papel e interactué con ellos.

Cuando canta Forever young un hombre canoso y de barba descuidada alza las manos y haciendo la “V” de la victoria empieza a cantar a garganta abierta la canción, después desde su lugar junta las manos hace una plegaria agradece a Dylan la canción, cuando el concierto termina la banda junto con el cantante se reúnen en el proscenio del escenario, Dylan sin sonreír sólo levanta los pulgares en señal de satisfacción, hace una reverencia y se pierde detrás del escenario.

Acudimos con la historia, nos encontramos con el poeta, con el cantante, con el referente de una generación en la que no nací, con quien se desmarco de ser un líder o un profeta, pero a él la historia no lo absolvió, a él, y a sus canciones, las hemos adoptado como aquello a lo que aspiramos, sus canciones -aun en estos tiempos- son una referencia de aquellos años sesenta en los que aquellos jóvenes contemporáneos de Dylan soñaban que otro mundo es posible, como en aquellos años hoy, nosotros, los de esta otra generación aspiramos a encontrar la respuesta en el viento, a ser por siempre jóvenes.



*Dylan es el primer compositor en ganar el Premio Nobel de Literatura. El 13 de octubre de 2016, la Academia Sueca le otorgó el premio por «haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición de la canción estadounidense». El genio de Duluth aceptó el premio hasta 2017 y concluyó tajante: "Nuestras canciones están vivas en la tierra de los vivos. Pero las canciones no son como la literatura. Están pensadas para ser cantadas, no leídas. Las palabras de las obras de Shakespeare estaban destinadas para ser interpretadas sobre el escenario. Como las letras de las canciones están destinadas a ser cantadas, no leídas sobre el papel. Y espero que algunos de vosotros tengan la oportunidad de escuchar estas letras en el modo en que se pretendía que fueran escuchadas: en concierto o en una grabación, o de la forma en que la gente escuche las canciones ahora. Regreso de nuevo a Homero, que dice, 'Canta en mí, oh Musa, y a través de mí cuenta la historia'."

Alguien canta por ahí

Por Sergio Martínez


Roberto González (Alvarado, Veracruz 1952) fue un juglar moderno, “rolero, sonero, trovador y bohemio”, se describió alguna vez. Observador perspicaz de su espacio y su tiempo, sus canciones son la crónica de una generación que planteó una forma de hacer música a contracorriente.
"Cuesta trabajo hacer música de forma independiente, sin pertenecer a un grupo o mafia, pero es el camino que he elegido, y aun así me he podido dar el lujo de llegar a las conclusiones que he llegado".

Integrante del movimiento rupestre que hicieron de la palabra y la guitarra instrumentos de expresión, sus canciones navegan por los boleros, sones, el blues y el rock. “Creo que la canción es música y la canción es poesía. Para mí es más importante que cualquier otra forma literaria; es una postura personal”.

Roberto deja una herencia musical sólida que podemos apreciar en sus discos, si queremos conocer su vida, sus convicciones o sus inquietudes basta escuchar sus canciones, su voz cascada, su estilo de tocar la guitarra y sus letras son huella digital de una época en la que el rock mexicano sentó sus bases. “Deseo hacer mi trabajo y vivir de él, quiero hacer y no que me digan qué debo cantar. Las grabaciones son importantes, porque si no suenan hoy, ya mañana lo harán”.

Quizá no lo supo a ciencia cierta, tal vez alguna vez lo advirtió, pero fue el autor de un himno generacional que a muchos nos toca el corazón:
 “(El Huerto) es una canción afortunada y hermosa que yo quiero. Nunca he podido hacer otra como esa y sigo haciendo canciones por esa canción. Es una necesidad”.

“Y con qué fin toda esta dialéctica en la historia para qué ir al paraíso estando muerto/ para qué alcanzar la gloria estando vivo/ si la gloria está muy lejos de este huerto”…

¡Hasta siempre Roberto, gracias por las canciones!

*Las citaciones fueron tomadas de diferentes entrevistas realizadas a Roberto González, pertenecen a sus autores y medios originales, se publica aquí, sin ánimos de lucro.
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