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Letrinas: El Crimen de la Secundaria Federal 5


Por Alejandro Carrillo Cortés | Foto: Alejandro Carrillo Correa |


El Crimen de la Secundaria Federal 5



Isaac no volverá a correr el medio campo de los llanos de fútbol de Xochimehuacán imitando a sus ídolos del Real Madrid, ni a intercambiar frases de "Te amo" con Wendy por el face, ni a subir las escaleras de la Escuela Secundaria Federal 5 rumbo a clases, esas escaleras que bajó por última vez la tarde fría del fatídico miércoles 28 de enero cuando dos navajazos le arrebataron la vida.


Nunca se imaginó que tampoco volvería a cruzar caminando la puerta de la escuela de Hueyotlipan, allá por el norte polvoroso de Puebla, ni siquiera cuando tuvo frente a frente a Gregorio y éste le asestó el primer navajazo, que más por instinto que por habilidad, Isaac detuvo con un manotazo que le rebanó la palma de la mano izquierda e hizo teñir de rojo su uniforme azul marino; paralizado por la sangre que brotó con fuerza de su mano, ya no hizo un segundo intento por defenderse y su agresor con rabia, dio un paso atrás y se volvió a lanzar sobre su presa para empujar de frente la hoja metálica que se hundió abajo de la séptima costilla izquierda del estudiante del segundo grado.


Isaac se tambaleó y un escalofrío recorrió todo su cuerpo en medio de gritos de la histeria de sus compañeras que no alcanzaban a comprender cómo una "bronca pendeja" tenía a su amigo ahí dando sus últimos pasos; algunos buscaron al prefecto, otros corrieron a la dirección, como pudieron, algunos más, lo ayudaron a bajar los últimos escalones, "Llamen a la policía", pedían los del último año al ver el desconcierto, "No, pendejos, llamen una ambulancia" dijo alguien con más cordura que venganza.


En tan solo unos instantes la tranquila tarde de la Secundaria Federal 5 se volvió un manicomio, mientras la mirada perdida de Isaac se desvanecía con sus fuerzas, pocos se ponían de acuerdo qué hacer, en la dirección los minutos se hacían eternos mientras por teléfono se daban los últimos datos de la ubicación de la escuela por la línea de emergencia y mientras algunos profesores conminaban a la calma y esperar la ambulancia, "Está muy grave, si lo movemos lo podemos lastimar más" decían; otros no estaban tan de acuerdo, "Llevémoslo al hospital, al de la CAPU llegamos antes de que nos manden la ambulancia", alguien dijo y una camioneta trasladó vivo por última vez a Isaac Salazar Cuautle.



"¿Por qué, por qué, por qué?" se preguntaban las niñas de la 5 con llanto inconsolable sobre las bancas de concreto de la escuela que lleva el nombre de "Jesús Romero Flores", un destacado profesor de la época de la Revolución y el último diputado constituyente en morir, mientras Isaac ingresaba a la zona de urgencias del hospital del ISSSTE, ya inconsciente, prácticamente sin tensión arterial y "Con latidos cardíacos filantes...", como se asentó en el dictamen médico con el que se reportó su muerte apenas pasadas las 5 de la tarde.


Mientras tanto, policías municipales que mantenían detenido a Gregorío Gómez en la propia escuela, recibían una indicación por radio, "Chamaco pendejo, ¿Ya sabes lo que que hiciste?" seguramente le dijeron al agresor quien al salir sujeto de ambos brazos por los uniformados, igual que Isaac, jamás volverá a cruzar la puerta de la Federal 5, pues le esperan, seguramente, 5 años de cárcel en un reclusorio para adolescentes.


La madre de Isaac, que tan solo unas horas antes había despedido a su hijo desde su casa en Barranca Honda con el clásico "Apúrate que vas a llegar tarde a la escuela", fue informada del fatal desenlace en los pasillos de atención continua del nosocomio, no entendió bien a bien que quisieron decir los médicos cuando le informaron que su hijo: "Fue atendido de acuerdo al protocolo de urgencias de este instituto... presentaba una herida producida por arma punzocortante en hemitórax izquierdo a nivel del séptimo espacio intercostal, así como en dorso de la mano izquierda, lo que provocó sangrado intenso por el orificio del tórax... se le dio reanimación cardio-cerebro-pulmonar sin tener respuesta a ninguna maniobra, por lo que se determinó fallecimiento por choque hipovolémico, secundario a trauma torácico..." "¿Está muerto mi Isaac?" preguntó la madre, como esperando que alguien le dijera que no, como esperando despertar de una pesadilla que nadie quiere tener.


Dos horas después de ese miércoles, casi al filo de las siete de la noche, personal de la Agencia Especializada en Homicidios de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Puebla, llegó hasta el hospital a realizar lo que se denomina como el "levantamiento de cadáver", Gregorio quedó detenido y sujeto a investigación, la escuela recibió al día siguiente veladoras que colocaron en el lugar de los hechos junto a la foto del que de ahora en adelante será nombrado en las investigaciones policiacas como "El hoy occiso" y el director, Alfonso Villaverde Meza, fue solo para recoger sus cosas personales y atender dos o tres asuntos pendientes aunque sabía ya desde entonces, que estaba destituido de dicho cargo, con o sin responsabilidad en el incidente.


Los chavos de la 5, han dejado las frases de "Rómpele la madre" para mejor ocasión, el luto que invade a todos, los hace intercambiar comentarios de lamentación y condolencias, ya sea tras los muros grafiteados de la Federal 5 o en los muros del face en los que han sustituido su foto de perfil, por la del clásico moño negro; la muerte que palparon frente a sus rostros, los hace sabedores que fue Isaac, pero pudo ser cualquier otro, "Hay que bajarle al desmadre" dicen hasta los más aguerridos que se las ingenian para burlar a los profes y meter de vez en vez un six de chelas, pero pronto se olvidará y todo volverá a ser como antes, es nuestra condición humana.


La Federal 5 no es distinta a las demás escuelas públicas de Puebla, conviven por igual culturas disímbolas que chocan y se funden entre sí, desde el "matado" que cumple todas las tareas, hasta el "desadaptado" que le vale madres todo; el personal docente no es diferente, igual encuentras a la profesora que busca mínimo crear conciencia ecológica, "Si no aprenden matemáticas, por lo menos que cuiden el planeta..." dicen, que el profe "barco", que solapa todo para ocultar su falta de responsabilidad docente, "Por este piche salario de hambre no voy a hacer lo que sus padres no pueden...", desparpajados afirman.


Un crimen como el que vivió la Federal 5, hubiera puesto a cualquier ciudadano tras las rejas hasta 40 años en Puebla, no a Gregorio que gozará del beneficio de la ley, a sus 14 años será juzgado como menor de edad por un tribunal especial de justicia para adolescentes, tampoco terminará sus días en una celda inhóspita del CERESO, irá a un centro especial para menores por no más de 5 años, pues así lo establece esa ley y antes de que cumpla 20 años cruzará las puertas de la correccional juvenil y él, solo él, sabrá entonces si aprendió la lección; en tanto, Isaac no volverá a cruzar la puerta del salón 2-F, ni a sudar la playera tratando de poner un pase de gol para lucirse con Wendy, ni su madre lo volverá a apurar para que no llegue tarde a la escuela, lo que sí volverá a suceder, en la Federal 5, la 6 o la 7, será ese empujón al abismo que nace a veces con unas cuántas palabras, con un "Mira a ese güey, tiene novia y quiere con tu morra, ¡Rómpele la madre..! Aunque luego andemos exigiendo justicia y lloriqueando nuestras imprudencias, es nuestra condición humana.


De la tierra de la gente triste a «La ciudad de los ahorcados»




Por Alejandro Carrillo | Editorial | 



Cuando emprendimos esta casa editorial con el anhelo de colaborar desde nuestra humilde trinchera —eso sí, una trinchera independiente y autogestiva— en la producción literaria nacional, lo hicimos con el único afán de formar una comunidad en donde nuestros colaboradores y autores emanados desde la plataforma de Revista Sputnik pudieran llevar a la tinta y el papel su talento, más allá del inmenso, turbulento y gregario mar de la Internet.

En ese entonces no sabíamos mucho de “la industria” y hasta ahora, por fortuna, nuestras aspiraciones siguen siendo más románticas que pecuniarias y así lo entienden nuestros creadores a quienes les agradecemos de sobremanera su confianza, pero principalmente su trabajo y voluntad para seguir tirando puertas y mantener en movimiento este agujero de gusano creado en 2018 con la energía y el impulso de todxs.

“La ciudad de los ahorcados” fue el nombre de aquella antología que engendraron en conjunto una veintena de personas y que sería la ópera prima de nuestra incipiente editorial en donde la narrativa, la poesía, la crónica, la prosa prosaica, la antipoesía y algunos textos experimentales convergieron y dieron como resultado al moderno Prometeo que logró trascender su propia existencia y traspasar las barreras de la imprenta, la geografía y el prejuicio; más allá de las imprecisiones de emergencia y las erratas del primer retoño, este libro fue un parteaguas que nos abrió las puertas de un mundo maravilloso cuya fauna rabiosa y solidaria a la vez, nos supo acoger como uno de los suyos.

Cuando nos planteamos por primera vez la posibilidad de hacer un libro, las únicas certezas que teníamos eran: 1) debía ser un crisol de voces y 2) guardaría alguna relación con la ciudad de Aguascalientes, en homenaje a todo lo que nos ha brindado desde el ámbito cultural. No es poca cosa que durante casi una década un medio hidrocálido como lo es Revista Sputnik ha sido el tablado de cientos de autores emergentes y colaboradores de todo el país y algunos otros sitios de Latinoamérica, España y Estados Unidos.

No fue difícil llegar a una conclusión temática: la muerte que tanto nos atrae como mexicanos y que particularmente en Aguascalientes guarda un sincretismo único y extraordinario. “La Calavera Garbancera” mundialmente conocida como “La Catrina” es la obra que encumbra el trabajo mortuorio de José Guadalupe Posada —el mejor de la clase— y la encargada de recibir a todas las visitas del sur; el ya icónico desfile de calaveras que forma parte del mismo festival de otoño es una verbena popular multitudinaria para honrar a los muertos como política pública, y qué decir del macizo montañoso que recibe el nombre de “Cerro del Muerto”, aquel gigante enano postrado en el horizonte de nuestra ciudad y de los forros de este libro, del cual estamos seguros todos los hidrocálidos, algún día despertará.

Por estos lares la muerte causa todo tipo de emociones, todos los días. “Buena tierra, buena gente, agua clara, cielo claro” reza el escudo heráldico de la ciudad debajo de un yelmo de hierro con lambrequines pero sin cuerpo. Y es que más allá de toda la cosmogonía alrededor de la huesuda, hay otro fenómeno social que impacta a diario en la tierra de la gente buena, que es la misma tierra de la gente triste, de la gente deprimida. En este lugar es común tener un conocido o dos que han muerto de esa manera. Tan solo el primer día de este 2022 seis persona decidieron quitarse la vida, al término de esta edición ya eran más de 80 casos en los registros. Hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, incluso niños, de todos los estratos sociales y de cualquier parte del estado. Los datos son pobres y aparentemente no llevan a ningún lado, solo a gente deprimida tomando “la puerta fácil” como dicen los que no son capaces de intentarlo. La única constante es el ahorcamiento. La ciudad de los ahorcados.

A este paso es probable que alcancemos los registros de 2019, cuando se publicó la primera edición de esta antología. Durante los primeros dos años de la pandemia se superaron los 350 suicidios. Si es inaudito leerlo en cifras, ahora imagínate con nombres y apellidos. Aguascalientes tiene una de las tasas más altas de suicidio a nivel nacional sin ser una entidad con grandes crisis de seguridad, desapariciones, problemas ligados al narcotráfico, ni altos índices delincuenciales. ¿Qué está pasando? ¿Por qué se deprime la gente?

Nuestra finalidad no es alimentar el morbo, ninguna de estas historias tiene un fin aleccionador ni pretende abrir juicio alguno sobre los motivos de las personas que han decidido quitarse la vida. Simple y llanamente consideramos que una de las bondades de la literatura y del arte en general, principalmente cuando se hace de manera conjunta como es el caso, es entablar una conversación sobre los problemas que nos aquejan como individuos y como colectividad. El suicidio lo materializan unos pero lo sufrimos todos, porque el cuidado de la salud mental es una asignatura pendiente que tenemos como sociedad en todos los niveles y más allá de las ocurrencias políticas de algunos desalmados.

Sin más preámbulo te damos la bienvenida a esta segunda edición de La ciudad de los ahorcados. Población: todos. Pues como dice el músico y compositor Iván García, no hay mejor lugar para olvidar que estamos muertos.



Los autores que participan en esta edición son: Mónica Castro, Daniel Bravo, María Santos, Alfonso Brevedades, Marcela González, Iván García, Brenda Román, Sergio Martínez, Denisse Rodríguez, Aldo Correa, Samanta Galán, Hugo Ernesto Hernández, Christian Sainos, Isaías García, Alejandra Flores, Mauricio Caballero, Alejandro Carrillo, Nabor Rachowski, Julieta González y René Alejandro López.

*No olvides escuchar en Spotify el podcast de La ciudad de los ahorcados, en voz de sus propios autores, producido por Casa Yonki. Puedes comprar el libro desde cualquier parte de México en este link. Apoya la literatura nacional independiente.

Letrinas: Visita dominical



Delirium Tremens-
Por Alejandro Carrillo-
"Es como querer cargar un gato callejero"
-Xavier Velasco


Aquella mañana me desperté en la banca de un parque, no sé si me despertó el frío, la sed o la luz del sol. Esa noche soñé que me moría en la cama de un hospital. Los servidores públicos municipales ya regaban los camellones y barrían las hojas de los árboles, lo cual me recordó que el otoño había llegado esa mañana y con él las mandarinas, las flores amarillas y el olor a muerte que siempre me llama en esta época del año. Aún era temprano, calculé que serían las siete de la mañana del domingo pues no había mucha gente ni autos en las calles; el sonido del semáforo de la esquina me condujo a la cama de un hospital donde me moría durante la noche anterior en un sueño. Atribuí que la resonancia del semáforo –idéntico al de un pulsioxímetro de terapia intensiva en un hospital- me mantuvo consciente de estar vivo.

En efecto era domingo. Las puertas de la catedral estaban abiertas de par en par y la gente caminaba con el optimismo inútil de no saberse atrapados por la mañana en un cubículo de tres por tres. Como es costumbre -cuando por equivocación me encuentro cerca de catedral- entré a las criptas a leer los nombres y las fechas de los que fueron más afortunados que yo –más como un hobby que como una purga-. Es de todos sabido que descansar tus restos en las criptas de la catedral es sinónimo de estatus y una muestra de que durante tu vida fuiste parte de la crema y nata de la época. Hasta en eso la historia del mundo y de las ciudades, es la historia de la lucha de clases; la familia, la propiedad privada y el amor.

Las señoras guaguaronas y fufurufas apenas salen de misa presumen que su raza de alto pedorraje ya acabó de pagar su lotecito en el lugar, y si paras bien la oreja hasta te enteras de los chismes de los muertitos, como aquel de cierto gobernador que por andar con su amante mandó a matar a su esposa y al poco tiempo también a su amante porque ésta lo amenazó que si la volvía a madrear lo iba a delatar de que había matado a su esposa –ahora ex esposa y difunta-. Total que el muy cabrón pagó dos cajoncitos contiguos a perpetuidad para tener juntitas a sus viejas mientras él pidió ser enterrado en el Panteón Municipal con el pueblo, ‘pues al pueblo siempre se debió’. Léase: antes muerto junto a los jodidos, que jodido y muerto junto a las arpías. Un chingonazo, pues.

La historia me dio ternura y me hizo pensar en la fragilidad de un hombre -sin importar qué hombre- postrado ante la voluntad de una mujer. Sentí tristeza y fui al panteón a dejarle flores a Matilde. No la encontré en su lugar, así que olvidé las flores por ahí y caminé a la siguiente sección-pasillo 31-lápida 17. Ahí estaba ella, sentada en mi tapita de mármol, limándose las uñas-:

‘Aquí yace Alejandro Mata, ahora muerto también por dentro’.

-¿Otra vez sin flores? – refunfuñó cruzada de piernas-.
-No vine a verte a ti, Matilde.
-Por favor, Alejandro, te pareces tanto a mí.
-Bueno ¿y qué haces aquí? – pregunté haciéndome el tonto -. 
-Pues vine a arreglar tu desmadre porque parece que ni tu madre ni tus pocos conocidos se han enterado de que ya estás muerto, o les vale. Y sabes que odio el desorden; mira hasta me robé unos tulipanes de por allá para ti.

Lo cierto es que Matilde siempre tenía razón en todo e incluso a esas alturas la consideraba no mi amiga -porque yo no podía darme el lujo de tener amigos de esa calaña- pero sí mi secuaz o mi compinche. Siempre fue bueno hablar con ella, sobre todo después de muerta.

La historia de Matilde se remonta al periódico jurásico de la juventud y los buenos tiempos, justo antes de exiliarme en el submundo de la humedad y los charcos, cuando solía ser un sensible escritor de cosas inciertas y ella una hermosa mantis religiosa. Como era de esperarse mis haikús -la mayoría dedicados a vivaces saltamontes, grillos de poca monta y orugas metamorfóbicas- sucumbieron a la rémora del despecho de la mantis y un día –idéntico al de Colosio en Lomas Taurinas-, la mantis asesina se acercó entre el tumulto de lectoras aduladoras de la prosa hipócrita y adulterada y ¡pum! Con un tiro entre el hígado y la dignidad, y otro certero entre ceja y oreja, me mandó al mundo del olvido, para después salir corriendo a tirarse al río y nunca más salir. C'est fini, porque el café ya no lo tomas junto a mí, my love.

-Matilde, debes saber que ya no voy a venir a verte.

-Ah mira qué cabrón ¿y ahora por qué? ¿No me digas que ahora sí ya me vas a enterrar? 

-Pues sí.

-No te creo nada, vienes cada fin de mes a decirme lo mismo. Que ya encontraste a la verdadera conquistadora de tu alma seca, a la que te va a salvar por fin, a la que te va a regresar al mundo de los vivos, a la que tiene todas las esferas del dragón. Qué risa me das, Alejandro. 

-Ella es de verdad.

-Por dios, si ya me dijeron que cada día estás peor. Cazando aves de paso, malvendiendo tus poemas en los tugurios como si fueran chicles o rosas – ¿un verso para la dama, joven?-, rumiando prendas y robando besos a quien se deje. Ya deberías renunciar a esas chingaderas que no van contigo y dejar que te dé cristiana sepultura. ¿No te da pena? 

-Puede que todo eso sea cierto, querida, pero esta vez te equivocas. Ella me mira de verdad, me siente y me besa de verdad. Y lo que es mejor aún, tiene unas ganas extraordinarias de encontrar un infierno más grande y tú sabes, querida, que las llaves de ese pent-house sólo las tengo yo. Además es una buena muchacha y le gustan mis poemas. ¿Qué le pides?

-Ay no, me vomito con tus cursilerías, hasta pareces poeta de verdad. Pues le pido lo que le pido a todas, corazón, que no sean pendejas y se vayan, porque de ti una no debe enamorarse sino más bien echarte pesticida de vez en vez. 

-Ahora sí me hiciste reír con tus golpes de pecho, Matilde. Hasta pareces Inmaculada. Dirás misa, pero eso de andar limosneando una buena cogida entre asalariados y oficinistas es demasiado bajo hasta para ti. ¿Qué te pasó? ¿Dónde están los filósofos, los intelectuales, los artistas, los yonkis-tatuados, los vagabundos? No te ofendas, querida, pero tu forma de mal morir es el vivo ejemplo del fracaso de nuestro sistema educativo y económico. Estás para morirse de hambre.

-Y todo es tu culpa, cabrón, por eso te quiero velar.

-Pues entonces deja de ponerme altares con cigarros, mezcal y chicharrón en salsa verde, cabrona farsante.

-No, todo es broma, la verdad es que me divierte mucho verte hecho mierda. Ya hasta bien me caes.

-Mira Matilde, te voy a dar una receta para que dejes de penar entre las covachas de las fábricas y los cuartos de limpieza de las oficinas. Las mujeres como tú deben buscar una noche de luna llena a tres hombres diferentes. Pon atención: naturalmente, el primero será bueno para coger. El segundo deberá llenarte de conversaciones estimulantes y el tercero atenderá al llamado de la selva. Una vez hecho esto, podrás olvidar a cualquier escritor, darling.

-Eres un pendejo.

-Pero ya no tu pendejo. 

Sin perder el estilo le hice a Matilde alguna reverencia y me di la vuelta para regresar por donde venía. Matilde gritó a lo lejos:

-¿Y ella es mejor que yo?

-¡Sí! –grité sin voltear.

-¡¿Cómo lo sabes?!

Me detuve un momento y miré a Matilde.

-Porque me recuerda a ti antes de que yo te echara a perder.

Retomé el camino a la salida del panteón y encontré en una banquita las flores que le había llevado a Matilde. Las recogí y las dejé en la tumba de cierto gobernador, un chingonazo. Salí del lugar y busqué alguna cantina para evitar la cruda. El primer trago de mezcal me trajo a la mente los ojos, la lengua y los lunares –todos- de la nueva gran conquistadora de mi alma seca; pensé que fue un buen detalle de su parte haber llegado a la par del otoño, las mandarinas, las flores amarillas, el humo y el olor a muerte que tanto me llama en esta época del año; al tercer mezcal comprendí que aquella mujer era un pecado que estaba dispuesto a cometer y en la noche salí de la cantina sin importarme ya la pena del sacrificio de mi soledad. Fui a buscarla. Atravesé la ciudad en mis cuatro patas y escalé hasta su ventana, me relamí los bigotes y caminé entre sus tobillos hasta hacerla tropezar de una vez por todas. Miau, miau.

-Hey, flaca –llena eres de gracia-, aquí estoy, dame mis whiskas, sálvame.

(Ronroneo, ronroneo).

 

El Autor: Escribidor, mecánico tornero, periodista, rockero tumbado, diputado legítimo, corredor y corredor de apuestas, revolucionario de congal, fotógrafo, cinéfilo, miembro del Proyecto Mayhem y bebedor semi-profesional. Me enamoro de todo, me conformo con nada. @alexiliado

«La ciudad de los ahorcados», antología de relatos patibularios


Por Sergio Martínez | 


La ciudad de los ahorcados. Antología de relatos patibularios, reúne 17 textos donde la poesía, el verso, el cuento y la narrativa, tocan, navegan, reflexionan y miran la transición de la vida hacia la muerte. No siempre esta última debe ser físicamente, hay muertos por dentro que aún respiran. En estos textos también hay quien muere a manos de otro, o de una enfermedad. Sin decirlo expresa y directamente, los autores nos advierten que todos nos vamos a morir.

En estas historias encontramos: la nostalgia que inspira un motel que se visita sin la persona amada, el soliloquio de un hombre que sabe que la muerte le espera detrás de la ventana, un rocanrolero suicida con una sed insaciable en el alma, el extraño caso de la vampira del Raval, el ladrón de poca monta que entra a una casa antigua y no sale jamás, un enfermo que pide la eutanasia, una enferma de cáncer, el que siente cómo los buitres le van arrancando las entrañas y los invita a que sigan comiendo, una chica enamorada de otra chica, la confesión de quien se asume culpable por la muerte de quien dice amar, el piloto que estrella un avión con pasajeros a bordo, un suicida que habla de las posibilidades de que los demás se suiciden, una ciudad atacada por una epidemia, la enunciación a Zempoaltécatl y el último texto del libro que recuerda un martes, de cualquier mes, de cualquier año. 

Los autores de los textos son: Daniel Bravo, Afonso Brevedades, Iván García, Sergio Martínez, Aldo Correa, Mónica Castro Lara, Hugo Ernesto Hernández, María Santos, Marcela González, Isaías García, Mauricio Caballero, Breña Román, Alejandro Carrillo, René Alejandro López, Denisse Rodríguez y Daniel Bravo. Algunos de estos escritores son integrantes del Colectivo 7NN radicado en Aguascalientes.

El libro lo abre un prólogo de Tuto Flórez, que pregunta: “¿Qué es la muerte? ¿Qué pasa después de la vida?, o más aún; ¿es posible hablar de continuidad de la existencia después de nuestra ineludible y limitada vida terrena”; y lo cierra magistralmente la nota final de Hunter S. Thompson, las últimas líneas son premonitorias: “Relájate, no te va a doler”.

El libro es dedicado al desaparecido músico, compositor y escritor Armando Vega Gil, alias el Cucurrucucú.

Según datos de la Organización Mundial de Salud publicados en 2019, cerca de 800 mil personas se suicidan en el mundo, el suicidio es la segunda causa principal de defunción en el grupo etario de 15 a 29 años. La ingestión de plaguicidas, el ahorcamiento y las armas de fuego son algunos de los métodos más comunes de suicidio en todo el mundo. De acuerdo a estos datos la Ciudad de los suicidas, puede ubicarse en cualquier lugar: Aguascalientes, Puebla, Bogotá, Barcelona, Trípoli, Moscú o Antalya; sin buscar la apología, criticar los porqués o aleccionar a hacerlo, los textos tocan un tema tabú y estigmatizado socialmente. Habría que leerlo, respirar las historias, quizá en algunas nos veamos reflejados, quizá también al terminar de leerlo, nos demos cuenta que seguimos vivos.



Birdman: volando alrededor de nuestras obsesiones


Por Alejandro Carrillo Cortés |



El Negro, Alejandro González Iñárritu, tiene una suerte negra, eso creo desde Amores Perros, pasando por 21 gramos, Babel y Biutiful, y es que sus vitrinas, con tan excelentes cintas, debieran está saturadas de Óscares; el mexicano multinominado, no ha cosechado las estatuillas que se merece porque ha tenido la mala suerte de competir en años altamente disputados y creo que con Birdman no será la excepción.

Sí, cuando pensamos que Iñárritu por fin tenía una cinta para acaparar la estatuilla dorada en gran número, aparecieron junto a ella películas de gran calado como El Gran Hotel Budapest y The Imitation Game, qué decir de Boyhood, favorita para muchos y El Francotirador que sin hacer ruido, dará batalla mostrando el gran talento de Clint.

Pero pasemos a destripar la cinta que tiene nueve nominaciones y dejemos los pronósticos para otra ocasión, empecemos por dos de sus trampas: Birdman por principio de cuentas es la primera comedia del mexicano y no por eso deja de desbordarse por la frontera del drama, en tanto que de entrada esperábamos todos que la historia girara alrededor de un superhéroe y termina mostrando muchos personajes, de los que ninguno es superhéroe, sino hombres y mujeres comunes y corrientes, no del otro mundo, sino justamente de nuestro mundo y cotidianeidad.

Birdman, si se pudiera hacer una apretada sinopsis, cuenta la historia de Riggan Thomson, una estrella de cine que un día interpretó a un superhéroe, la fama del pasado se ha ido y desesperado intenta regresar a aquellos días de gloria, pero debe enfrentar a su propia hija que trabaja como su asistente, a su novia, a su ex esposa y por si fuera poca cosa, a un actor problemático; sí, se trata justamente de nuestra actualidad: cuando las cosas van mal, siempre es factible que empeoren.

Conocíamos al Negro, desde Amores Perros, por dirigir dramas descomunales en los que no hubo espacio para el humor, sorprende pues que ahora optara por la comedia, sin embargo se trata de una historia tremendamente dramática, narrada con una especie de realismo mágico que invade los espacios del drama, aunque sería más preciso decir que recurre a un realismo sucio del estilo del Bukowski.


El eterno plano secuencia en el que parece haber sido rodada la película, que en realidad es una acción continua y un prodigio fotográfico del 'Chivo' Emmanuel Lubezki, ayuda en mucho a reducir al mínimo la descripción de ambientes y objetos, pues se escurre por paredes resaltando a los personajes y sus interiores: la frustración del otrora superhéroe víctima de su propia fama; la rabia de su hija atrapada entre sus errores y los de sus padres; el cinismo de un actor estrella al borde de un abismo del que él mismo es responsable; el mundo de dudas de las mujeres que rodean al personaje que lo obstaculizan una y otra vez y que no terminan por definir qué hacer de sus vidas.

No se trata solamente, como se pudiera creer, de la historia de un hombre con un pasado luminoso que se ha ido y que pretende recuperar, enfrentando un futuro incierto e inesperado, se trata, sí, de una obsesión que encarna el personaje, pero que todos llevamos dentro, de esas obsesiones que nos persiguen en el inconsciente: eso que no hicimos, eso que dejamos sin terminar, eso que queremos hacer y no afrontamos del todo por quién sabe qué motivos; se trata también de mostrar la rabia de estos tiempos, hay mucha rabia en los personajes de Birdman como en nuestra realidad, rabia por tratar de entender un mundo que nunca deja claro lo que quiere, un mundo que ha sido víctima de sus indecisiones, de esas aspiraciones que están pero que no detectamos o no queremos ver, así, justamente, como los espacios que nos descifra Bukowski en sus universos.

Nuestro personaje central, no es un hombre frustrado, aunque pudiera parecerlo, es un hombre visceral, verdadero y tremendamente humano, como lo definiera el actor que lo interpreta, Michael Keaton, cuya actuación le merece desde ahora el Óscar; el paralelismo del guion con la vida misma de Keaton ha sida ya motivo de todo tipo de comentarios, lo cierto es que, sin duda, se trata de su mejor papel desde que protagonizó la versión de Batman de Tim Burton, no había actor mejor para encarnar al personaje y seguramente Iñárritu lo sabía, pero de eso hablaremos más adelante.

Estamos pues ante una historia increíblemente trágica, pero igualmente entretenida, porque es trágico y divertido mirar la solemnidad con que a veces intentamos triunfar y ver las jugarretas que se atraviesan en nuestro camino, no es entonces casual que el Negro haya recurrido a un humor ácido que tiñen por igual desde diálogos hasta en el diseño de audio, ejemplo de ello es el hecho de que Iñárritu haya decidido que el duelo al interior de la cabeza de Riggan se representara con el recurso de un personaje externo al propio Keaton.

En efecto, a Riggan lo acecha dentro de su cabeza atribulada el superhéroe que lo llevó a la cúspide de su carrera, quien le hace creer que puede levitar y mover objetos con la mente como en la historieta que interpretó en antaño, con él también dialoga y hasta discute, pero el pajarraco no merodea su mente para impulsarlo, sino para recriminarlo, empujarlo al conformismo y acrecentar sus resentimientos; Birdman es sin duda ese otro yo que todos llevamos dentro y que nos conducen de la mano de la angustia a la ira, es el enemigo en nuestro interior disfrazado de compañero, es la máscara que nos cuesta la vida quitarnos y que cuando decide despojarse de ella, termina enfundado en otra máscara de vendajes.

Iñárritu nos muestra a ese Riggan Thompson que todos somos de alguna manera, ese personaje que puede perder, pero también levantarse y luchar contra sí mismo y contra cualquier cosa que se interponga tan solo para volver a reencontrarnos en los demás, no se trata de recuperar la fama personal, sino el reconocimiento en el otro, no se trata de triunfar, sino lo que piensan los otros de ese triunfo, no se trata de encontrar un reconocimiento interior, porque nada importa lo que uno piense de sí mismo, sino el reconocimiento del que esté enfrente, así sea este reconocimiento un simple “me gusta” en Facebook.

Y para eso nuestro personaje decide adaptar, dirigir y protagonizar una obra de Carver en Broadway, enfrentar el temperamento de su hija, la amenaza legal de uno de sus actores al que le provoca un accidente para correrlo de la obra, la actitud insolente de la estrella que llega como reemplazo, con talento pero conflictivo y borracho, a la novia y actriz de la obra, que casi en el estreno le anuncia que están esperando un hijo, el posible rechazo del público exigente del teatro neoyorquino, los prejuicios de la crítica especializada de Broadway y a su sombra interior, el auténtico Birdman.

Y sin darnos cuenta, de pronto encontramos que la historia también carga contra el universo de Hollywood exhibiendo los actores que se venden por dinero sin importar credibilidad, ejecutivos interesados solo en la taquilla, críticos despiadados movidos por la trivialidad, todo narrado desde un filme que de alguna manera es producto de uno de los principales estudios precisamente de Hollywood, permitido quizá porque Iñárritu tiene licencia creativa para hacer lo que le venga en gana, más claro de lo anterior lo es ese cuestionamiento que se hace al espejo el personaje de Watts en uno de los momentos de mayor dramatismo de la trama: “¿Por qué no tengo ni pizca de respeto por mí misma?” se pregunta, “Porque eres actriz”, le responde Riseborough.

Terminemos por ahora abordando el comentado hecho de que Riggan representa muy bien la propia figura de Keaton, que interpretó Batman para después afrontar cierto declive en su carrera, ciertamente el paralelismo pudiera ser claro, ¿pero no acaso muchos de los cuestionamientos y reflexiones tienen más cercanía a la propia carrera de Iñárritu? No lo sé, pero el Negro es un cineasta genial, talentoso, y siempre buscando poner en movimiento todas sus capacidades, y sin embargo al mismo tiempo ha mostrado una marcada obsesión por probarlo y probárselo con cada trabajo que realiza.

Mucho queda por hablar de tan interesante obra cinematográfica, el gran trabajo de los actores, el deslumbrante montaje del Chivo que junto con Keaton debe levantar la estatuilla de la Academia; la música que sin nominación es genial, en fin, temas que dejaremos para después de la alfombra roja, en tanto esperemos que la suerte del Negro, no vaya del tono de su apelativo.


Argentina, 1985: el encuentro con la memoria histórica


Cinema Coyote | Alejandro Carrillo |


Es difícil narrar sucesos históricos desde la cinematografía. La naturaleza del género requiere que los dramas históricos memorables cuenten con ciertas características que son más virtudes de escritores y realizadores, más allá de las cuestiones técnicas de producción, que también exigen una gran cantidad de recursos, imaginación y espacios para recrear frente a los ojos del espectador momentos, personajes y lugares que no volverán.

Dichas virtudes recaen en la habilidad de contar una historia emotiva sin caer en la cursilería ni el maniqueísmo, y por otro lado, de alejarse lo más posible de la solemnidad de la estructura documental, recurriendo a la ficción primordialmente como una brújula y una llave, más que como un recurso estilístico, para acercarnos a ese ente conocido como memoria histórica, para que las sociedades y en este caso los espectadores se encuentren con su pasado.

Argentina, 1985 reúne todas estas bondades que se magnifican al narrar no solo un suceso histórico de la patria de la primavera, sino uno de los episodios más dolorosos y oscuros de la historia reciente de aquel país hermano, como lo fue el famoso Juicio a las Juntas Militares, contra Jorge Rafael Videla y otros ocho jerarcas de la dictadura militar (1976-1983), acusados de instaurar un régimen de terrorismo de Estados con miles de asesinados, torturados y desaparecidos.

La película dirigida por el joven realizador Santiago Mitre y protagonizada por uno de los histriones fetiches del cine argentino contemporáneo, como lo es Ricardo Darín, recrea el proceso de enjuiciamiento a los jefes de la dictadura argentina, tras el retorno a la democracia de la mano del presidente Raúl Alfonsín, quien a pocos días de asumir el cargo decretó someter a juicio civil y no militar a los responsables de las juntas.


La película se inspira primordialmente en el trabajo de los fiscales Julio Strassera (Ricardo Darín) y Luis Moreno Ocampo (Peter Lanzani), quienes junto a un joven equipo de abogados se encargan de llevar a cabo todo el proceso que revivió a nivel nacional los testimonios de 839 testigos en más de 530 horas de audiencia, abriendo así profundas heridas de la sociedad argentina, a través de inenarrables sucesos contados por quienes tuvieron la fortuna de sobrevivir al horror y a la ignominia durante esos terribles años.

Gran acierto del director fue conocer de primera mano a familiares amigos de las víctimas de la dictadura, con la finalidad de entender de la manera más precisa el sentir de la sociedad y la importancia que tuvo el juicio de 1985, que encendió la esperanza en la justicia de todo un país tras un largo periodo de impunidad, corrupción y muerte, tristemente sellos característicos de los procesos sociales latinoamericanos.

‘Señores jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: Nunca más’.
Julio Strassera

Argentina, 1985 sin duda es un film digno de ver para revivir un hecho sin precedentes en América Latina que reivindica la memoria histórica y es ejemplo a nivel universal de la búsqueda de la justicia de todo un pueblo, cuya lucha se mantiene hasta nuestros días.

El filme ha triunfado en el Festival Internacional de Cine de Venecia y también en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, y recientemente fue preseleccionado para competir por el Oscar a mejor película internacional. Argentina, 1985 (disponible en Prime Video) y Bardo, del mexicano Alejandro González Iñárritu, son las únicas representantes latinoamericanas que aún aspiran a competir por estatuilla de la Academia.



Banda sonora, de la imprenta al recital


Por Alejandro Carrillo |


Hace unas semanas tuvimos la fortuna de hacer una breve gira de presentación del libro 'Banda sonora' del escritor Sergio Martínez, que fue publicado en 2021 por nuestra Editorial Agujero de Gusano y que además es la primera publicación escrita por un autor en solitario para nuestro incipiente sello.

Antes de entrar en detalles literarios, agradezco profundamente el espacio que nos brindaron la Casa Universitaria del Libro de la UNAM (CASUL) y Zumaya Librería y Centro Cultural, en CDMX y Puebla respectivamente, para llevar a cabo estas singulares presentaciones literarias. Es muy significativo para Sputnik y Editorial Agujero de Gusano mostrar nuestro trabajo en la máxima casa de estudios en primera instancia, así como volver al terruño donde dimos nuestros primeros pasos como medio de comunicación antes de ser arropados por La ciudad de los ahorcados.

Agradezco de igual manera al maestro Carlos Arellano, Iván García e Iván Carrillo por darle vida a los textos del libro mediante la música y convertir ambas presentaciones en extraordinarios recitales literarios. Sin duda fue una experiencia única para los lectores que se dieron cita en ambos recintos.

Conozco a Sergio, más como lector que como editor y puedo afirmar que 'Banda sonora', más allá de ser una obra audaz y arriesgada, llena de dinamismo y sensible para quien la lee, es también un libro extremadamente personal en donde el autor nos muestra por igual su colección de discos y su repertorio de cicatrices.

Es un híbrido literario y un documento de gratitud hacia las bellas artes que cambiaron la vida del autor, como lo son la literatura y la música; pero también es una elegía con el joven Sergio que quiso cambiar el mundo y con el niño Sergio que perseguía dragones.

El libro es un viaje que navega entre el amor y la ciudad como tópicos principales, entre el lado A y B cual disco de vinilo, como la vida misma, pero también es una odisea histórica y geográfica que nos lleva desde la poesía a la vieja Tenochtitlán y desde la narrativa a la vieja ciudad de hierro que visitamos; desde el malecón de La Habana a un merendero en Aguascalientes por igual. Quizá la principal virtud de la pluma del autor es saber situar al lector de manera universal en un viaje que también es plenamente abordado desde la autoficción.

Una travesía literaria entre tragos y canciones llena de personajes subterráneos y situaciones propias de la realidad contemporánea mexicana: el migrante, el suicida, el genio olvidado, el militante, el ladrón, e incluso el que dice hablar con Dios, son protagonistas de la primera mitad del libro. La ciudad es habitada por la guerra sucia, el abuso de autoridad y las desapariciones, mientras que el amor está plagado de fantasmas y apariciones de todo tipo. Espectros que nos sugieren que nos urge un trago de ron, y que al final de los finales, incluso al final de la literatura, como dice otro protagonista del libro, llamado Luis Eduardo Aute, queda la música.

Por último, agradezco la consideración por parte de Sergio Martínez para presentar 'Banda sonora' en estos increíbles recitales, más honrado aún me siento por haber colaborado en la edición de este magnífico libro que ya está rolando por los rincones y las rocolas de Hispanoamérica. 


«RESACA: relatos rescatados»


La Editorial Agujero de Gusano ha lanzado una nueva antología de relatos cuyas historias giran en torno a ese malestar físico y emocional que sentimos después de haber experimentado una jornada de excesos y/o malas decisiones.

Tras la publicación de La ciudad de los ahorcados (2019), el libro «Resaca: relatos rescatados» es el segundo volumen de cuentos del sello editorial, y reúne una docena de extraordinarias narraciones que nos llevan abruptamente de la risa a la congoja, y que navegan entre botellas de licor, música de todo tipo y un sinfín de guiños a la cultura pop.

Ya sea en las inusitadas barras de los bares fronterizos, en algún barrio bonaerense, en la humedad del Pacífico mexicano o en las insufribles pero insustituibles calles del centro de México, los personajes de estas historias libran todo tipo de resacas y situaciones inelegibles entre la realidad y la ficción.

Autores emergentes, plumas seductoras de la nueva ola de la narrativa nacional e incluso músicos convergen en este centenar de páginas en las que seguramente nos veremos reflejados con alguna situación o figura que nos transportará a ese instante que atesoramos en nuestra memoria por muy vergonzoso, placentero, escatológico o inenarrable que este sea.

«Resaca: relatos rescatados» cuenta con las letras de Elma Correa, Federico Bonasso, Juan Mendoza, Karla Michelle Canett, Óscar Alarcón, Luis Chigo, Alejandro Carrillo, Ana Nicholson, Julio Lino, Jorge Yee, Bárbara González y Carlos Iván Carrillo. Las ilustraciones de portada estuvieron a cargo de Ale Librada Torres Salcedo.

La obra fue posible gracias al apoyo de colaboradores, artistas, autores y tripulación de Revista Sputnik y se puede adquirir en línea a través de este link.


Los borrachos en el Centro Histórico recuerdan en mucho a las calaveras del Tzompantli. Figuran elementos del inframundo, pero son almas vivas deseosas de amor. A esa estirpe pertenezco yo -si me permite decirlo-.

Eusebio Ruvalcaba


RESACA: RELATOS RESCATADOS, Editorial Agujero de Gusano. Primera Edición: Octubre 2020

Los Yonkis: Buscan espacios donde tocar su música

Los Yonkis en el Festival Internacional 5 de Mayo-Puebla 2013, Zócalo de Puebla. Foto: Alejandro Carrillo



Publicado en El Popular

Ricardo VOLTA


Crean sus propias canciones retomando el sonido de los años 80 con letras introspectivas y existenciales

Iván García y los Yonkis, es una banda poblana de postpunk y new wave formada en 2009. La agrupación se conforma por Iván García en la voz, Carlos Iván Carrillo en guitarras y sintetizadores, Julio Lino en el bajo y Jesús Soriano en la batería.

bandaIván García habla un poco del nombre de la banda: “Mi nombre Iván García es un demiurgo maldito que señala el fondo de las almas que deambulan buscando el color y que solo encuentran la miseria del sueño malbaratado en comerciales televisivos, mientras que Los Yonkis es el grupo que se me unió”.

Sobre su estilo musical ellos dicen: “Intentamos retomar los sonidos del new wave y el postpunk que aportaron los músicos de los años 80, sumándole toques contemporáneos. Un sonido sombrío y oscuro con letras influenciadas por autores como Edgar Allan Poe o Arthur Rimbaud. Cada línea, cada acorde, es una detonación que nos hace recordar cuál es el armado del ser humano: despojo, soledad y crueldad” y agregan: “Hacemos canciones y letras desde un lado lúgubre y existencialista. Esta onda de algunas de nuestras canciones depresivas tienen que ver más con una estética de una tendencia literaria y una tendencia musical que en algún momento de nuestra formación nos impactó y adoptamos como nuestra”.

Apertura en Puebla

Al hablar de la escena musical en Puebla y cómo sienten la apertura de la gente a su estilo musical, Iván comenta: “Creemos que en Puebla existe una escena musical bastante grande, particularmente con los subgéneros del rock, hay para todos: sin embargo, la mayoría de las bandas tratan de imitar casi en su totalidad a aquellas que están de moda y no se arriesgan a buscar un sonido propio y moderno. Como decía Richard Kirk de la banda Cabaret Voltaire ‘rock’n roll no es solamente vomitar riffs de Chuck Berry’.
“Afortunadamente hemos encontrado público interesado en nuestra propuesta musical gracias al trabajo de años de estar tocando, de auto-promoción y todo eso; pero también hoy en día el publico te encuentra a ti gracias a las facilidades que nos otorgan las redes sociales, el internet y demás.

Producción musical

Actualmente la banda está terminando el periodo de promoción de su disco En vivo (Acústico) que grabaron en diciembre de 2013 en un foro cultural de San Pedro Cholula, donde se despidieron de su anterior disco llamado Espantapájaros, el cual ellos comentan: “Tuvo una gran aceptación y además nos abrió paso en la escena musical de este nuestro estado y otros lugares de la República Mexicana. En este último disco acústico encuentras en su mayoría temas nuevos y otros de nuestro disco anterior pero arreglados para ser tocados en ausencia de guitarras eléctrica y batería. Además, a pesar de sus tintes acústicos cuenta con un fuerte toque de rock y oscuridad”.

Hasta el momento todos sus materiales discográficos los han hecho de forma independiente: “En nuestro caso, ha sido difícil, una lucha constante y mucho esfuerzo; al empezar una banda independiente debes tener claro que será un gran sacrificio y trabajo. Afortunadamente siempre hemos tenido claro que es un constante esfuerzo propio y una onda de autogestión. Buscar espacios, oportunidades, entrevistas, formas de grabar y distribuirte; formas que al final, no son nuevas, todo se empezó a hacer de manera independiente desde la onda setentera del punk y de ahí hay que aprenderle”.

Proyecto

“En no más de tres meses estaremos presentando un nuevo material con canciones que hemos preparado desde el inicio de la banda, son rolas prometedoras y un disco en el que dejamos todo nuestro esfuerzo y cariño. Ya sabrán más de él. A largo plazo, claro que es seguir trabajando en nuestro proyecto y nuestras canciones, creemos que tienen lo necesario para abrirse camino en la escena nacional de la música”, concluyen.

Crónica de un peatón: Don Emilio, el contrabajista

Crónica de un peatón | Por Alejandro Carrillo | Foto: Chaneke Correa (Julio 2014)

Don Emilio nos abre las puertas de su casa al tiempo que abre una botella de whisky para celebrar -o quizás no- una noche épica de música de 'etiqueta'. Don Emilo es contrabajista en la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes y ha estado ligado al oficio durante más de veinticinco años; -mi edad- pienso para mis adentros, al tiempo que me pierdo en sus gafas de pasta perfectamente zurcidas con un alambrito y cinta de aislar.

Don Emilio no es diferente a otros músicos; habla como músico, gesticula como músico, alza la voz como músico, se queja de otros músicos como músico, bebe como músico. Busca mi aprobación sobre el concierto de esa noche y yo temo quedarme corto. -¡Poca madre!- es lo único que se me ocurre decir al no encontrar en ese momento un adjetivo más 'a tono' para describir el recital de hace un par de horas. Para mi fortuna, esa respuesta parece complacerle a Don Emilio y revira satisfecho -sí, estuvo chingón-.

Me habla de la vida del hombre que se convirtió en músico. Del día que hizo maletas y se fue a la capital a vivir a una vecindad que tenía un grifo de agua helada que usaba como regadera sólo para llegar y aprender de los maestros más reconocidos de la época. Me cuenta que la vida no se ha tornado muy diferente desde entonces y que los músicos tienen las mismas calamidades de hace treinta años. Sin embargo, puedo notar que la música le ha dado a ese hombre más de lo que cualquier mortal pudiese tener en el mundo. No sé lo que sea, pero hay algo que ahí está y que Don Emilio recuerda al  perder su mirada en los círculos anaranjados pintados en los mosaicos del piso.

Se acaba el agua mineral y Don Emilio se sirve uno en las rocas para hablar de música. Habla de Schubert, de Tchaikovsky, de Brahms, de La Quinta, de La Novena, de las más grandes obras de la música clásica. Habla de los violinistas rusos, de los franceses, de los checos; pero algo lo detiene. -Mira, esos güeyes podrán ejecutar perfectamente y ser rubios, pero no te tocan el Huapango de Moncayo, por eso somos más chingones- dice convencido mientras lleva con su índice el compás ternario de la obra -parapapapapá, parapapapapá-.

Don Emilio rocanrolea. Con todo el conocimiento y las experiencias que un músico de su talante puede tener, no olvida la primera vez que escuchó el 'Dark Side of the Moon' y habla de Roger Waters como si estuviera hablando de Mozart -incluso con más admiración-. Recuerda algunos amigos, algunos lugares, algunas mujeres, algunos excesos y concluye con un -soy muy afortunado-, mientras hace una mueca burlona que lo dice todo.

Me marcho de la casa de Don Emilio pensando en volver pronto por otra historia y quizá otro vaso de whisky. Me repito en voz alta eso último que me dijo -soy muy afortunado-.

En memoria de Emilio Sierra Olguín. Gracias por los whiskys y por la música.

‘Me estás matando, Susana’ o el arte de ir a donde nos mandaron



Cinema Coyote | Por Alejandro Carrillo |

"El que pierde una mujer no sabe lo que gana"
Bolero de Luis Arcaraz


"Cuando José Agustín vio la película, estaba muerto de la risa", cuenta el director de "Me estás matando, Susana"; cinta basada precisamente en la novela "Ciudades Desiertas" que el escritor publicó en 1982, y que narra la historia de Eligio, un actor de medio pelo que hace telenovelas y comerciales; y Susana, escritora inédita que un día decide marcharse.

Es una historia simple y entretenida que va y viene de lo cómico a lo doloroso con situaciones que atrapan al espectador desde el principio y con Gael García Bernal como protagonista y ladrón del filme, en uno de sus papeles más auténticos: el eterno chilango celoso, chelero y mujeriego.

La contraparte corre a cargo de la actriz española Verónia Echegui (les urge verla), que le da vida a la fugaz Susana, joven escritora que se muere por trascender y en una de esas, harta de la situación con Eligio (Eligio de la chingada), decide irse sin avisar. 

Más herido en el orgullo que en el corazón, Eligio emprendé un viaje al invierno del oeste norteamericano para traer a Susana de vuelta a la vida de marido y mujer en el Distrito Federal.

He de confesar que no tenía muchas esperanzas de "Me estás matando, Susana", tomando en cuenta lo irregular que se ha tornado el cine nacional en la historia reciente, pero no exagero al afirmar que la cinta es una de las mejores producciones mexicanas de los últimos años.

Grandes aciertos tiene la dirección de Roberto Sneider, que ya ha llevado de buena manera al celuloide otros clásicos de la literatura nacional como "Arráncame la vida" de Ángeles Mastretta y "Dos crímenes" del genial Jorge Ibargüengoitia. Los resultados ahí están.

En esta ocasión y a diferencia del drama histórico "Arráncame la vida", Sneider optó por situar la adaptación en un contexto contemporáneo alejado del entorno político y social que relata la obra de Agustín, pero sin apartarse del todo. Esto con la finalidad de sacarle el mejor partido a la tragicomedia entre Susana y Eligio.

Otro punto a resaltar del filme es el retrato que hace de la idiosincrasia del macho mexicano, encumbrado en el personaje de Gael, que aunque soberbio y jugador es capaz de dejarlo todo con tal de sacarse la bala del pecho aunque al final tenga que ir de regreso a donde lo mandaron (tú sabes a donde). El "pégame pero no me dejes" como bandera y argumento cinematográfico.

En palabras de García Bernal, "es una película muy entretenida, atrapa. Además, a partir de la historia de los protagonistas podemos reflexionar en torno a nuestra propia vida. La pueden disfrutar todos, pero es para que la ven los novios o los que quieran serlo. El encanto está en que ellos se podrán dar sus besos y pensar sus consecuencias".

"Me estás matando, Susana" es una película bien dirigida y bastante fina desde el punto de vista fotográfico e histriónico. Mención aparte merece la musicalización, en especial el tema principal de la película a cargo del desaparecido Rodrigo González cuya música siempre nos remite a los tiempos de híbridos, a los ranchos electrónicos y a las ciudades desiertas de las que tanto nos ha hablado José Agustín a lo largo de su obra.


Letrinas: Cinderella


Fotografías: Stephie Vega 
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Delirium Tremens-
Por Alejandro Carrillo-


Octubre en martes trece. El inclemente rayo de sol de las 8:05am se relaja abruptamente sobre mis pies desnudos. El incómodo calor reactiva la resaca del día y me hace levantar del amarillento colchón con la única intención de acomodar la toalla negra que uso como cortina para impedir cualquier dejo de luz en la habitación. Las náuseas me invaden y corro al baño a tirar el mareo de una borrachera de días, quizá meses. Bajo a la cocina a buscar algo que me reanime –cerveza para dormir, café para despertar-. Como de costumbre no hay tazas limpias y busco alguna en los trastos sucios, una cucaracha muerta junto a la coladera me recuerda que quizá hoy sea mi cumpleaños. Si la gastritis no me falla estaría cumpliendo treinta.

De la épica al celuloide: filmes sobre el olimpismo

Cinema Coyote | Por Alejandro Carrillo

@alexiliado


"Más rápido, más alto, más fuerte" es el llamado oficial a los atletas del mundo, impulsado desde hace más de un siglo por el movimiento olímpico. Cada cuatro años el mundo se detiene para celebrar la justa deportiva más importante del orbe, quizá uno de los pocos símbolos de paz y fraternidad que aún nos quedan. Es inevitable no emocionarse al ver los colores nacionales desfilando por las diferentes competencias olímpicas que edición tras edición nos regalan historias llenas de épica y dramatismo.

Hazañas deportivas y gestos heroicos de increíbles seres humanos han sido inmortalizados por el celuloide a lo largo del tiempo, pero también episodios trágicos e ignominiosos forman parte de la historia del olimpismo. Repasamos algunos filmes que vale la pena considerar en medio de la fiebre de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 (en 2021).


7. Jamaica bajo cero (Cool Runnings, 1993)
Un clásico de los filmes olímpicos que seguramente todos vimos en televisión abierta en algún punto de nuestras vidas. Esta comedia está basada en la historia real del equipo jamaiquino de trineo que en 1988, ante la sorpresa de todos, logró calificarse a los Juegos Olímpicos de Invierno en Calgary.



6. Inquebrantable (Unbroken, 2014)
Dirigida por Angelina Jolie y escrita por los hermanos Coen (basado en el libro homónimo de Laura Hillenbrand), la película narra la historia de Louis Zamperini, atleta estadounidense de origen italiano que participó en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, registrando una de las vueltas más rápidas de la época en los 5.000 metros. Su destino estaría marcado por la tragedia de la Segunda Guerra Mundial, ya que tras estrellarse el avión en el que viajaba, sería tomado como prisionero y torturado por los japoneses hasta el fin del conflicto.



5. Volando alto (Eddie the Eagle, 2016)
El versátil Taron Egerton protagoniza este film de Dexter Fletcher que narra la historia del esquiador británico Eddie Edwards, un cuasi aficionado que ante un sinfín de obstáculos y vicisitudes se logra calificar a los Juegos Olímpicos de Invierno de Calgary 1988, estableciendo varios récords para la Gran Bretaña en salto de esquí.



4. El triunfo del espíritu (Race, 2016)
Biopic sobre el extraordinario atleta afroamericano Jesse Owens (Stephan James) que en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 llevó a cabo de unas hazañas más grandes de la historia olímpica al conseguir cuatro medallas de oro en las disciplinas de 100m, 200m, carreras de relevos 4x100m y salto de longitud; todo esto frente a los ojos del mismísimo Führer y la supuesta supremacía aria.



3. Yo soy Tonya (I, Tonya, 2017)
Margot Robbie encarna a la polémica patinadora artística Tonya Harding, primera estadounidense en completar un salto triple axel, que en 1994 se vio envuelta en un escándalo al ser relacionada con el ataque a Nancy Kerrigan, una de sus principales adversarias deportivas. El filme, contado a manera de falso documental, va narrando partes de la compleja vida de la patinadora y su insufrible relación familiar.



2. Carrozas de Fuego (Chariots of Fire, 1981)
Un hito en la historia del cine deportivo que logró hacerse de cuatro estatuillas de la Academia, incluyendo Mejor película y Mejor guion. Dirigida por Hugh Hudson, la historia narra la improbable hazaña de dos desconocidos corredores británicos y su camino al Olimpo en la justa veraniega de París en 1924.



1. Múnich (Munich, 2005)
Steven Spielberg inmortaliza los ignominiosos hechos ocurridos tras los Juegos Olímpicos de Múnich 1972 en el que murieron once atletas de la delegación israelí a manos del grupo terrorista Septiembre Negro, y las represalias tomadas por el Mossad e Israel al ordenar el asesinato de once palestinos, supuestamente miembros de dicha organización terrorista. El film fue severamente criticado por la comunidad judía y por ende castigado en los festivales cinematográficos. Aun así, logró obtener cuatro nominaciones al Oscar.



Bonus: Ícaro (Icarus, 2017)
Bryan Fogel obtuvo el Oscar en 2018 por este documental en donde un ciclista amateur (que es el mismo realizador) se enfrasca en un caso mundial de dopaje junto a Grigori Rodchenkov, exdirector del Centro Antidopaje de Moscú. Sin duda un material sumamente recomendable para entender a detalle el estrepitoso escándalo de dopaje de Estado por el cual Rusia mantiene al día de hoy diversas sanciones impuestas por el Comité Olímpico Internacional. Está en Netflix.

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